El club lalinense pelea por la fase de ascenso tras subir este año a Tercera
28 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Encadenar dos ascensos seguidos supone casi una utopía para cualquier club. Pero al menos pelear por conseguirlo es el sueño del Basketdeza. El equipo lalinense saltó esta temporada a la Tercera División, donde está cuajando buenos resultados y roza meterse en la fase de ascenso a falta de solo tres jornadas para acabar la liga regular. El regreso de Ramón Barcala se convirtió en todo un revulsivo, junto a la implicación de una plantilla donde jóvenes promesas nacidas en la cantera dezana se reincorporaron.
El domingo sumaba su décima victoria. Doblegaba por 60-54 al Riquela GMU, uno de los rivales en la pelea por la fase de ascenso. Con este triunfo marcha tercero, precisamente detrás de ese equipo. Pero la principal incógnita radica en saber si la Federación Galega de Baloncesto repite la fórmula de las últimas campañas, con cuatro clasificados para pelear por ir a Segunda o, como se especula de forma extraoficial, serán solo dos. Una medida que, de adoptarse, reduce las opciones del Basketdeza, que ya no dependería de sí mismo.
El buen ambiente animó a los lalinenses a doblegar a un contrincante directo, en un choque muy disputado de inicio, con igualdad y mucha intensidad defensiva de ambos. El primer cuarto fue favorable por 15-11 para el Basketdeza, pero el mejor acierto en el tiro del Riquela GMU les acercó, aunque un triple sobre la bocina de Sergio permitió irse al descanso 28-24. En el tercer período subió el nivel en defensa, con faltas personales de ambos, para ir al último cuarto con 37-35. Pero los locales se distanciaron de diez puntos aunque se les volvieron a acercar para rematar con el 60-54. Jugaron Siro, Sergio (22), Xavi (9), Toño (8), Marcos (6), Carlos Castaño (2), Manu (9), Unai, Jesús (4) y Ramiro.
«La implicación de todos y la intensidad con la que jugamos en defensa está dando resultado»
Desde categoría cadete, hace siete años milita en el club dezano. Y con tan solo veintidós Unai, que juega de base o escolta, ostenta la capitanía en una plantilla de diez jugadores ilusionados, sorprendidos por los resultados pero también muy implicados en el proyecto del Basketdeza. Y que sueña con la fase de ascenso.
-¿Desde cuándo milita en el Basketdeza?
-Empecé de cadete, hace casi siete años y estuve todas las temporadas completas, menos una que a la mitad me lesioné y lo tuve que dejar.
-¿Sorprendido con la marcha del equipo, ascendido este año a Segunda División?
-Un poco sí, porque estás en una nueva categoría y solo es el segundo año juntos de la actual plantilla. Es algo sorprendente porque el objetivo era mantenerse, pero estamos compitiendo bien con todos y ya con diez victorias conseguidas.
-¿Cómo va a ser la fase?
-Todavía no sabemos si serán cuatro equipos, como en años anteriores, por ejemplo en el 2017, o solo dos, algo que no es oficial pero se está comentando.
-Tienen una plantilla corta.
-Somos diez jugadores en el equipo A, pero siempre se pueden incorporar del B en caso de necesidad, como ocurrió el domingo que teníamos dos lesionados y contamos con dos veteranos del otro equipo.
-¿Cuál es la clave del éxito? ¿Influyó el regreso de Barcala?
-Sin duda que sí. La implicación de todos y la intensidad con la que jugamos en defensa está dando resultados. Físicamente estamos bien, estamos jugando muy serios. Y Ramón nos lleva a un nivel máximo de exigencia.
-Sus resultados se cimentan sobre todo en el rigor defensivo.
-La pasada temporada no tanto pero esta en Segunda sí que sobre todo en defensa estamos muy bien, no nos hacen muchos puntos y nos ayuda para conseguir victorias.
-Y son un grupo muy joven.
-Tenemos una plantilla compensada, sin ser los más altos o los más fuertes, pero sí intensos en el juego. La media de altura es normal y la edad es baja, porque solo Carlos supera la treintena y muchos tenemos poco más de veinte e incluso diecinueve.
-¿El objetivo es alcanzable?
-Vamos a pelear a tope los tres partidos que nos quedan y confiar en nuestras posibilidades. Nos queda jugar con el último y el antepenúltimo, pero también con el líder, aunque aquí perdidos solo de cuatro y en el último segundo sin el pívot titular.