El Lalinense agotó su sueño

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

DEZA

Imagen del partido en casa contra el Chapela, en el que también perdieron los rojinegros.
Imagen del partido en casa contra el Chapela, en el que también perdieron los rojinegros. rober amado< / span>

El Chapela dominó el partido al desconectar los dezanos de forma inexplicable

21 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El sueño del Embutidos Lalinense quedó varado en la orilla de Chapela. Cuando parecía más posible, tras arrancar con fuerza el partido ante el líder, los rojinegros vivían un cortocircuito inexplicable para convertir la segunda parte en un viacrucis ya sin opciones en el encuentro y por tanto en la liga. Cualquier posibilidad de optar a la fase de ascenso pasaba por imponerse ayer. Y todo acabó en pesadilla con el pitido final y el marcador 31-21 subrayando a las claras la superioridad de los locales.

El Lalinense saltó a la cancha dispuesto a demostrar la versatilidad y calidad de su plantilla. Adrián Crespo y Gustavo subían el 0-2 antes de que Escudero marcase el primer tanto local, transcurridos ya cinco minutos. Seriedad defensiva, rigor táctico y un planteamiento que se atragantaba a los locales permitía a los rojinegros mantenerse por delante en el marcador, incluso con tres goles. Pero el Chapela logró ir poco a poco reajustarse, para firmar el primer empate a cinco y después a siete.

La descalificación de Casal en el minuto 22 permitía de inmediato a Pachi subir un nuevo gol y un 9-11 alentador. Pero como si la expulsión de su jugador resultase el mejor de los revulsivos el Chapela comenzó a demostrar porqué lidera la clasificación. Uno, otro, otro más,... hasta seis tantos consecutivos conseguían los locales sin que hubiese reacción por parte del Lalinense, con errores en ataque y sin pulso defensivo. A falta de cinco minutos intentaba Paco Aguiar frenar la sangría con un tiempo muerto, ya con 12-11 a favor del Chapela.

Pero tampoco funcionó con los locales yéndose hasta el 15-11, maquillado por un gol de Ramos para acabar la primera parte con 15-12. Tocaba reaccionar en el segundo período, con una diferencia asumible. Tocaba regresar al origen, al arranque del partido. Pero la dinámica negativa se acentuó y tras dos nuevos goles de los locales Aguiar buscaba de nuevo revolucionar al equipo al pedir tiempo muerto a los siete minutos. Pero la suerte ya estaba echada.

El partido continuó con la cómoda ventaja administrada y ampliada por el Chapela ante la incapacidad visitante para dar un giro al partido. La impotencia sumía a un Lalinense, deshilachándose el sueño alimentado en las últimas jornadas de mantenerse en la carrera. La realidad será otra, sin alicientes para diez eternas jornadas.

Tanteador cada 5 minutos: 1-2, 5-5, 7-7, 9-10, 12-11, 15-11 (descanso); 17-12, 18-13, 21-15, 25-17, 29-20 y 31-21 (final).

Árbitros: Óscar García y Alfredo Arcos, de Madrid. Hubo roja directa a Coque y exclusión previa, así como dos a Escudero y una a Vargas, Casal y Rubén en el Chapela, y una a Bruno, Iván y Martín Losón en el Lalinense.

Incidencias: 200 aficionados.

Soliño, Vargas (7), Chema (6), Rubén (4), Escudero (3), Casal (1), Coque (5) -equipo inicial-, Taboas, Pablo, Deiro, Quique, Roberto (1), Orje (4) y Leonador

Durán, Gustavo (2), Adrián (1), Bruno (3), Pachi (4), Álvarez (3), Ramos (3) -equipo inicial-, Iago, Josiño, Iván, Martín Losón (2), Iglesias (3), Porto y Adrián Losón

Paco Aguiar: «Debo entonar el mea culpa»

Paco Aguiar eludió ayer entrar en detalles sobre el desarrollo del partido, el papel de la plantilla y centró en su propia persona la autocrítica. «A mí me enseñaron que hay que ser honestos en esta vida y debo entonar el mea culpa», apuntó. «Aunque creo que el planteamiento inicial y el análisis que había hecho del rival era muy bueno, de hecho comenzamos arrollando al Chapela, creo que en algún momento el partido se me hizo grande», reconocía Aguiar, porque «no se entiende el resultado final». Y sentenció: «Al final no puedo olvidar que es mi primer año» como primer técnico.