La crisis incrementa el fraude y las denuncias de falsos delitos

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

DEZA

La Guardia Civil y las aseguradoras de la zona detectaron un aumento de los casos sospechosos que dan pie a la apertura de investigaciones de oficio

21 nov 2014 . Actualizado a las 05:50 h.

No es nada nuevo, la picaresca en España sigue viva y la zona no es una excepción. Lo que cambia con el paso de los siglos y los años son los métodos y la fuerte crisis está también detrás de muchos de estos comportamientos. En los últimos años la Guardia Civil ha constatado un aumento de falsas denuncias.

Algo que también salpica a las aseguradoras que recurren a la investigación ante los siniestros que les parecen sospechosos o en las que detectan datos que «no cuadran».

En cuanto a los delitos, la Guardia Civil constata un aumento no solo de las denuncias falsas sino también el hecho de que a veces se aprovechen los robos para inflar más de la cuenta las cantidades o los objetos robados.

Desde las fuerzas de seguridad advierten de que las denuncias falsas son actos punibles y de las consecuencias que pueden acarrear a aquellos que son descubiertos.

En estos momentos, la Guardia Civil investiga con lupa algunos casos en los que alberga ciertas sospechas. El objetivo, apuntan desde las fuerzas de seguridad, de las denuncias falsas es cobrar un seguro. Apuntan que, por un lado, en ocasiones se denuncian robos ficticios y otras veces, señalan, el robo existe pero se infla la cantidad.

En los últimos años se detectó en la zona aún caso en la que la cantidad quintuplicaba supuestamente lo robado. La investigación no es fácil en estos casos, ya que muchas veces, al existir facturas de compra y no estar la mercancía puede ser imposible demostrar fehacientemente si la mercancía fue verdaderamente robada o si, por el contrario, pudo haber sido vendida con anterioridad.

Muchas veces la investigación, por parte de los equipos de investigación de la Guardia Civil o la Policía Judicial, se lleva a cabo de oficio, al detectar en las declaraciones algunos puntos que no encajan o simplemente modus operandi que no les parecen los habituales.

En Mapfre, el director de la oficina de Lalín, señalaba que en el año «puede haber una decena de clientes por fraude, pero si hablamos de cantidades, el volumen es muy pequeño» y apunta que es mayor en la siniestrabilidad de automóviles.