Una científica de la luz en Lalín

Javier Benito
j. benito LALÍN / LA VOZ

DEZA

La artista pontevedresa exhibirá 26 obras en el museo desde el día 4

28 sep 2013 . Actualizado a las 08:00 h.

«Trabajo como un científico, que inventa unas píldoras y se las toma para comprobar sus efectos sobre uno mismo». Así define Carmen Domínguez su día a día en el taller de Charino, en Pontevedra, donde la curiosidad, tan fundamental en la vida, le lleva por un camino pictórica sin meta tras más de cuatro décadas creativas. La artista pontevedresa exhibirá en el museo municipal Aller de Lalín sus «Outonos galegos», fruto de seis años de investigación constante. En total son veintiséis obras las que conforman una muestra que se inaugurará el día 4 de octubre, a las 20.30 horas, y que permanecerá abierta hasta el 25.

Carmen Domínguez es pura electricidad, pasión vital que refleja en sus creaciones. Laxeiro apadrinó su primera exposición en Pontevedra en 1983, «aunque desde pequeña me di cuenta de que tenía sentimiento artístico». Para ella, las pinturas son autorretratos: «A diferencia de ciencia o religión, hay tantas definiciones de arte como artistas». Y acercarse a su conocimiento no resulta fácil: «Saber de arte es un proceso largo, primero hay que saberlo todo, luego vaciarse de todo y desarrollar lo propio».

En la capital dezana la pintora pontevedresa presentará técnicas mixtas, con el lienzo como soporte, en las que empleo maderas, telas, piedras u óleos entre otros materiales. Se trata de su primera exposición en Lalín, donde tiene vínculos familiares. «Es el Kilómetro 0 de Galicia, mira al mundo con ojos gallegos, en esa mezcla de pueblo trabajador y preocupado por levantar grandes proyectos, además de tierra de grandes pintores como Laxeiro o Lamazares».

Reconoce haber pasado en su dilatada trayectoria por todos los istmos artísticos, con el color como protagonista actual. Se clasifica entre los artistas que «nos hemos liberado de muchas servidumbres, me considero pintora independiente, que se monta sus propias elucubraciones, a su aire». A Carmen Domínguez no le preocupa el tiempo creativo, que solo mira el reloj cuando despierto y al echarme a dormir». «Tengo la impresión -afirma? de que me falta tiempo para hacer todo lo que quiero hacer, me quedan bastantes años para mejorar mi obra».

«Pinto lo que veo, no lo que pienso», resalta Carmen Domínguez, capaz de encontrar belleza en la luz del amanecer, con una paleta clara y técnica perfecta, audaz en su visión de la naturaleza. La obra fina es la conclusión de sus sensaciones, de las investigaciones que acomete sobre la luz y la atmósfera. «El sol es el centro de toda la vida», capturado con perfección, junto a su luz, por esta artista cuya trayectoria está jalonada de múltiples premios y exposiciones por toda España y Argentina, donde también vivió.

A Carmen Rodríguez los otoños le entran por los ojos, nada de ensoñaciones: «Me arriesgo a pintar al aire libre, a estudiar efectos de la luz sobre formas y colores», resalta, en unas obras donde el amanecer o el atardecer resplandecen a cualquier hora en sus obras, con una luz en todas que convierten en imprescindible su admiración.

Una obra que invita a un viaje al sentido más profundo de sus significados, siempre multidireccional, donde se percibe la luz por sus propias sombras, donde las sombras se forman mediante la misma luz que penetra la atmósfera. Sus árboles poblarán desde el día 4 las salas del museo. Podremos ver la vida delante de nosotros, serena y luminosa, escondida en las cosas pequeñas.

crónica cArmen Domínguez expone «outonos Galegos»