La comarca, que ya vio cerrar a Vilanova y Silleda, conservaría solo en precario la estación de Botos por el recorte de líneas de media distancia
11 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Los recortes en las líneas de media distancia que se emplean en los desplazamientos interiores por la comunidad gallega pondrán en poco tiempo la puntilla al agonizante mapa de estaciones en Deza, según el sindicato Comisiones Obreras. Y es que apuntan que tras haberse cerrado hace años las estaciones de Vilanova (Lalín) y O Castro (Silleda), las próximas serán las de A Bandeira (Abades) y Ponte Taboada, donde en la actualidad tienen parada facultativa ?esto es, si se solicita? cuatro trenes por jornada, dos en cada sentido de circulación. La comarca quedaría de este modo únicamente con Botos, y en precario, puesto que el coordinador del sector ferroviario de CC.OO. Galicia, Severino Rodríguez, manifestaba ayer que «en Lalín pararán dos trenes al día, uno para cada sentido», e incluso servicios como el tren hotel nocturno «están condenados a desaparecer, como lo hicieron ya los Alvia», y pasar al nuevo trazado de la línea de alta velocidad.
Rodríguez explica que detrás del desmantelamiento de la red ferroviaria convencional está el hecho de que Galicia carece de servicios de cercanías, y utiliza los de media distancia para desplazarse en la comunidad. Una diferencia terminológica pero con consecuencias: el consejo de ministros el pasado diciembre consideró las cercanías como obligaciones de servicio público, no así la media distancia, donde fijó únicamente algunos servicios con esta categoría.
Pueblo de Asturias con 92 trenes
Severino Rodríguez lo ejemplifica en cifras: «En Asturias sucede lo contrario que en Galicia, son cercanías, y por tanto no habrá recortes: en Soto de Rey, que tiene 900 habitantes paran hasta 92 trenes al día; en Lalín, con 20.409, van a parar dos».
Desde CC.OO. insisten en que el Gobierno, en lugar de proponer mejoras de gestión y modernizar la infraestructura para reducir tiempos de viaje, y establecer horarios más adecuados a las demandas de los viajeros con más frecuencias, «se limita a poner en marcha políticas de desmantelamiento del transporte de viajeros por ferrocarril».
Desde Renfe y Fomento aseguran que el informe manejado por el sindicato es un documento de partida y hay negociaciones en curso con la Xunta. Pero llueve sobre mojado, porque ya el pasado junio hubo alerta de reducción de trenes en la zona.