Tan insensibles como los otros

JAVIER CIMADEVILA

DEZA

EL CRISOL | O |

20 may 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

SÁNCHEZ DRAGÓ conoce bien a este país y a sus gentes. Por lo que le escucho a veces, entiendo que está más que descontento con algunas de nuestras particularidades. Hace menos de dos semanas indicaba que uno de los olores más desagradables de este país se deriva de la insensibilidad generalizada que inunda a los españoles. No tengo muy claro si dijo insensibilidad; quizá dijo apatía, o quizá estupidez o abulia. Pero bien podía referirse a todo ello a la vez. Alguna vez pensé que la desazón de Dragó, que es escritor y vende libros, se deriva del mínimo apego de los españoles a comprar libros, y menos a leerlos. Pero estoy seguro que no es así. España no es ya el país de los envidiosos. Ahora hay mucho insensible, estúpido, abúlico y apático; e incultos. Estamos en un país sin política, estrategias o pactos de Estado. Aquí tenemos política de partidos, de pedigueños y de listos. En A Estrada, Dragó podría encontrar a toda esa fauna humana de la que hablo. Quizá no en Vigo, donde todos los partidos con representación municipal han votado a favor de aprobar un PXOM que no gusta a la mitad de los políticos olívicos. Pero al menos todos le dicen a la Xunta que quieren ese plan. Allí tienen una política municipal de Estado, aunque el escritor madrileño podría encontrarse por aquellas calles a la misma fauna estradense. La estupidez nacional se refleja también, ahora, en la guasa que acompaña a los andaluces con la posibilidad de ser también una nación. Y no se oponen, entre chistes, aunque en toda Andalucia llevan meses lamentando que sólo tengan que hablar del estatuto y el nacionalismo catalán. Y aún no empezamos con el vasco. Otra vez en A Estrada, los chistes más recientes olvidan a los oráculos que advirtieron hace meses que el PXOM era muy generoso con el rural.