?a memoria de la Fiscalía divide en cuatro grandes apartados las causas judiciales instruidas por el ministerio público, en colaboración con el equipo de delitos telemáticos de la Guardia Civil y de la policía nacional, en Pontevedra. Pornografía infantil. Si por algo destacó el 2005 fue por la operación Cerbero, investigación que se inició en Caldas en enero y que posibilitó la detención de 21 personas. Fue preciso coordinar las fuerzas policiales y judiciales de España y de otros países europeos y sudamericanos. Asimismo, en noviembre se dieron los primeros pasos de una intervención que culminó el pasado febrero con el arresto de diez personas, entre ellos un uruguayo de 64 años. Fraudes. Tipología delictiva más habitual. Se ha detectado casos de phising -webs que simulan las de entidades bancarias para que las víctimas faciliten datos confidenciales de sus cuentas-. En casos, los timadores recurren a terceras personas para que, sin saber que participan en un timo, retiren el dinero transferido fraudulentamente a cuentas abiertas por los delincuentes y se lo remitan a estos. Otras veces, las estafas se producen en subastas o ventas, en las que el comprador hace efectivo el pago de un bien que nunca llega a recibir. Propiedad intelectual. En este punto, es reseñable el arresto de un vecino de Poio que supuestamente crackeó -eliminar las barreras de seguridad de un programa informático- un software de arquitectura provocando importantes pérdidas económicas. Ya más recientemente, en abril, fue detenido un pontevedrés que supuestamente ofertaba bolsos de imitación por la Red. Otros delitos. En este apartado se engloban desde el pintoresco caso de un vendedor de plantas de marihuana por Internet; o una denuncia por injurias y calumnias relacionada con alumnos de un centro educativo; o la creación de una web en la que un hombre exhibía fotos íntimas de su ex compañera sentimental.