RASTRO DE AIRE
28 jul 2004 . Actualizado a las 07:00 h.DE PEQUEÑOS, cuando las uvas y la fruta que comíamos llegaba por métodos distintos a la donación y sin autorización del propietario de la parra, siempre había alguien en el grupo que alertaba sobre si el producto podía o no hinchar los morros al comerlo. «Ten inchamorros», se oía como advertencia cuando el racimo o la manzana rebosaba sulfato en su piel. O no lo tenía, y entonces se acababan la precauciones, y a comer sin frotar ni limpiar previamente. En realidad, era raro que los labios se inflamaran por comer fruta sulfatada. Estabamos curtidos para eso y mucho más pero estoy seguro que era la leyenda de los propios dueños que vendían el «inchamorros» como arma de protección de su fruta. Ahora los niños no van as uvas ni as mazás . Poco importa ya el i nchamorros . Ni siquiera el frotar contra la camisa sirve ya para hacer digerible a tanto hincha morros que anda suelto por ahí.