Sin cobrar por una firma

La Voz

DEZA

David Losada dejó su empleo de profesor en la Universidad privada San Pablo Ceu para incorporarse al departamento de Electrónica de Santiago. Lleva tres meses sin ingresos.

13 ene 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

David E. Losada estudió Informática en A Coruña. Estuvo tres meses en Glasgow y el pasado curso fue profesor universitario en la Universidad San Pablo CEU de Madrid. Lo dejó en octubre tras haber solicitado su incorporación en el programa del Ministerio Ramón y Cajal. Desde entonces, espera simplemente una firma en la resolución que le posibilite un contrato con la Universidad de Santiago. En su caso, se incoporará al departamento de Electrónica y Computación, en concreto al grupo de Sistemas Inteligentes. Su decisión de establecerse en Santiago se debe, en primer lugar, a que es de aquí, y en segundo, porque le interesan los proyectos de recuperación de información en los que trabaja este grupo. Proyectos Uno de los obstáculos con los que se encontrarán estos investigadores tras el retraso del Ministerio de Ciencia es que durante este tiempo no pudieron solicitar fondos para realizar proyectos, lo que también supone un perjuicio para la universidad. En concreto, el plazo para solicitar proyectos de investigación del Ministerio finalizó en el mes de diciembre, mientras que los de la Xunta de Galicia finalizan en febrero, «con lo cual tampoco podemos conseguir recursos para la universidad», señala David Losada. Este informático de 29 años reconoce que las universidades han hecho todo lo posible para facilitar la incorporación de los científicos, pero estos retrasos pueden provocar incluso que investigadores que están fuera y han prorrogrado sus contratos decidan al final abandonar el programa Ramón y Cajal. «Esta situación provocará que la gente decida no incorporarse al sistema de investigación español», reconoce Losada, quien señala que otro de los candidatos de su mismo departamento, por ejemplo, continúa en Suiza al desconocer cuándo formalizarán su contrato en la Facultad de Física. Futuro Por el momento, los científicos firmarán un acuerdo de cinco años con unos ingresos de 29.119 euros anuales brutos -cinco millones de pesetas-. La iniciativa fue vista con buenos ojos por todos los jóvenes investigadores, aunque lo que falta es un plan de estabilización que garantice la permanencia de estos científicos. David Losada reconoce que la idea en general es buena, «aunque a corto plazo tiene problemas de implementación, y a largo plazo es dejar la pelota en el tejado de las universidades». Para este informático, los problemas financieros de las universidades no garantizan una continuidad, y debería ser el Ministerio quien aportase fondos para dar estabilidad.