Los hemanos Valderrma creen que Montes Castro encubre al homicida
29 jun 2002 . Actualizado a las 07:00 h.Día: Jueves, 20 de junio, por la mañana. Escenario: La sala de vistas de la sección tercera de la Audiencia de Pontevedra. Minutos después de que se hubiera reanudado el juicio por la muerte de Jesús Enrique Fernández Romero, uno de los procesados, César Valderrama López, giró la cabeza y guiñó los ojos con tranquilidad en dirección a dos de sus hermanos que habían acudido como público. Incluso, en su rostro se llegó a esbozar un amago de sonrisa. Tanto su abogado, como sus familiares, estaban convencidos de su inocencia y, finalmente, también lo estuvo el jurado. Veinticuatro horas antes, el abogado de César Valderrama aseguró que su cliente había sido víctima de «un complot urdido a instancias de Rosario Beatriz Montes Castro». Estas palabra tuvieron eco cuando el joven fue interrogado por el fiscal, César Valderrama pregonó que la única condenada por el homicidio «me acusó a mí para encubrir al que lo ha hecho, que no está sentado aquí (en el banquillo de los acusados». Más comedido se mostró su hermano Isaac, quien carece de antecedentes penales a pesar de haber reconocido durante el juicio haber sido el autor de pequeños robos. Este muchacho de apenas 20 años se limitó a asegurar no entender las acusaciones de Rosario Beatriz. Más contundente se mostró Juan José Galera Ares, quien cuatro meses después de la desaparición de la víctima se fue a vivir con la procesada: «Me utilizó como un cabeza de turco, como un conejillo de Indias». Incluso, llegó a añadir que -esto ya al finalizar el juicio- «corrí el mismo riesgo de que sucediese lo mismo que aquel chaval (Fernández Romero)». Lo cierto es que el jurado absolvió a los dos hermanos y consideró culpable a Montes Castro. Tal vez fue una mala estrategia que durante los días que duró el juicio, esta mujer nunca se refirió a la víctima por su nombre y sí empleó la formula: «el padre de mi hija». Quizás, ¿demasiado frío y despersonalizado?