F. S. CORDÓN A ENTREVISTA María Josefa Picallo, presidenta de Mulleres Rurais en la parroquia estradense La parroquia estradense de Codeseda sufre desde hace años, como otras muchas aldeas gallegas, el problema de la falta de una ley precisa, y justa, ante los daños que causan en cultivos y huertas las reses salvajes que pastan libremente en los montes, tanto particulares como comunales. María Josefa Picallo, presidenta de Mulleres Rurais de Codeseda, encabeza un movimiento vecinal para erradicar el problema; advierte que «la situación es desesperada para muchos».
24 mar 2002 . Actualizado a las 06:00 h.María Josefa Picallo Fuentes, casada y vecina del lugar de Currelos, siente muy de cerca, como otras muchas mujeres de la zona que cuidan cultivos y sembrados familiares, la frustración que supone una total indefensión ante las incursiones de caballos y vacas salvajes en sus explotaciones. Al frente del colectivo Mulleres Rurais de Codeseda, está buscando soluciones, pero también se preparan medidas de presión. -¿Cuáles son las claves de este conflicto? -En montes particulares de Codeseda y Sabucedo, y en los comunales de Quireza, pastan libremente centenares de vacas y caballos salvajes, casi todos con dueños conocidos, pero muchos sin sanear; invaden otros montes privados, pero no es el problema, sino las incursiones en sembrados y cultivos, destrozando cosechas. Sólo nos queda apresarlos, a veces con riesgo físico, denunciar los hechos y esperar indemnizaciones, pero siempre en condiciones precarias en las que tenemos todas las de perder, y así ocurre. -¿Existen normas o leyes que regulen esta situación? -Sólo hay una vieja ley sobre reses mostrencas, que no vale para nada, porque estas reses tienen marcas y dueños conocidos. Se precisa una ley actualizada que ofrezca soluciones precisas y justas. Si retenemos a las reses, cómo única forma de lograr indemnizaciones, quedamos en una situación muy delicada; si se nos muere una, tendremos incluso más pérdidas. -En Codeseda se preparan movilizaciones. -La gente está muy molesta y desesperada, y el Concello sólo puede reiterar a la Xunta que elabore la nueva ley. Nosotros preparamos medidas de presión, movilizaciones y cortes de carreteras, pero hay gente dispuesta a cargar en camiones a las reses que retengamos, y dejarlas en San Caetano.