Un Real Madrid desconocido

DEPORTES

DAVID RAWCLIFFE | EFE

Los blancos completaron una de las peores actuaciones que se les recuerda en Europa, sin respuesta a la ofensiva local y rendidos a falta de veinte minutos

17 may 2023 . Actualizado a las 23:36 h.

El hecho de que el Real Madrid no completase más de doce pases durante el primer cuarto de hora de encuentro sirve para reflejar lo que fue la primera parte. El Manchester City sometió como prácticamente nadie habia sometido a los blancos a través de un auténtico vendaval de fútbol ofensivo y ahogándolos con una presión tras pérdida instantánea e imposible de esquivar por los visitantes. El plan local incidió en la espalda de Camavinga como objetivo prioritario y la apuesta pronto dio sus frutos. El francés, en su día más desacertado desde que Ancelotti lo reubicó en el lateral izquierdo, sufrió tremendamente con la superioridad que le creaban Bernardo Silva y De Bruyne.

El asedio ya había sido intenso en el Santiago Bernabéu, pero lo del Etihad fue todavía un paso más allá. Sobre todo porque esta vez el Real Madrid no encontró paraguas. Ni Vinicius amenazaba al espacio, ni la pareja de centrales se imponía en el área, ni Modric y Kroos cogían la batuta. El alemán, eso sí, estrelló un derechazo en el larguero que habría supuesto el empate. Fue el único disparo de los visitantes antes del descanso, que hundidos en su mitad del campo solo encontraron resquicio en el pitido final de la primera parte.

Al salir de los vestuarios, la revolución que se intuía no llegó a materializarse. En los primeros minutos, por lo menos, los blancos sí adelantaron sus líneas y fueron a buscar a los mancunianos un poco más arriba. No obstante, solo Alaba, y con un disparo de falta lejana, puso en aprietos a Ederson. La imprecisión con balón fue tan sorprendente como notoria, pero quizás fue la apatía y el aspecto físico, los detalles más preocupantes. Antes del 3-0, el de Ancelotti era ya un equipo totalmente rendido.

Benzema, desaparecido

De entre todos los madridistas, hay uno que sale especialmente tocado de esta pesadilla en Mánchester: Karim Benzema. El actual Balón de Oro no hizo honor a tal mención en ningún momento de la eliminatoria, pero su actuación en el Etihad dejó todavía más sombras. No fue capaz de imponerse en ningún duelo individual, fuese quien fuese el local que le tocase como adversario. Es cierto que el posicionamiento tan bajo del Madrid perjudicó a sus armas ofensivas, pero ni cuando el balón le llegó cerca del área rival tuvo la capacidad para amenazar. Intentó solo un disparo a puerta, que se estrelló en la espalda de Rubén Dias.

Su teórico deber como peso pesado del vestuario era salir al rescate de sus compañeros, pero dio la impresión de no tener fuerzas para lidiar con ese cometido. Ni siquiera con Vinicius, en las jugadas en las que intentaron acercarse en la banda izquierda, parecía entenderse. Su frialdad con el resultado ya muy en contra tampoco fue propia de un capitán, esquivando la disputa en varios momentos de la segunda parte.

La peor versión del nueve afectó, y mucho, a Rodrygo y Vinicius, que no tuvieron un apoyo central para descolgarse de las bandas. Y, sin ellos, el Real Madrid se encontró en una guerra totalmente desarmado. Fue Benzema el fiel reflejo del equipo blanco. Desacertado, desanimado y, quién sabe, si jugando sus últimos minutos en estas instancias de la Champions League.