Carlos Arévalo: «Hay que tener los pies en la tierra, ser humilde y seguir trabajando»

Iván Antelo REDACCIÓN

DEPORTES

AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

El único bicampeón de un mismo mundial en la historia del piragüismo español lo tiene claro: «Hay que aprender tanto de las derrotas como de las victorias»

26 dic 2022 . Actualizado a las 08:45 h.

Lo bajaron del kayak, lo subieron al podio para entregarle su segundo oro y enseguida cogió un avión de regreso desde Canadá. Cuando atendió a La Voz desde Barajas, en su primer enlace hacia casa, ni sabía que había entrado en la historia del piragüismo español al convertirse en el primer bicampeón de un mismo Mundial (sendos oros en el K1 200 y K4 500). Seis meses más tarde empieza a creérselo. Su agenda se ha llenado de recogidas de premios, pero Carlos Arévalo López (Betanzos, 1993) sigue atendiendo las llamadas con la misma sonrisa.

—¿Qué recuerdo le deja el 2022?

—Ha sido un año increíble, difícil de superar. Me quedará siempre en el recuerdo como que ha sido muy bueno.

—Tanto es así que el propio Comité Olímpico Español (COE) lo acaba de reconocer como el mejor deportista del año.

—Sí, algo querrá decir [se ríe]. Sentía un orgullo infinito por solo el hecho de estar allí, en la casa de los deportistas en España, en una institución muy importante. Y si encima te eligen como mejor deportista del año... No hay mayor reconocimiento.

—La Voz le entrevistaba en el aeropuerto de Madrid tras conquistar los dos oros del Mundial, y todavía no se creía lo que había logrado. ¿Ya lo ha podido asimilar?

—Sí, lo voy haciendo poco a poco. Todavía sigo recibiendo premios y reconocimientos por ello y, en cierto modo, aún me cuesta creerlo. Pero sí. Ya lo he asimilado y he podido meditar sobre lo que debo seguir haciendo para continuar en esa línea. Hay que aprender tanto de las derrotas como de las victorias. Porque, aunque se gane algo, hay que seguir trabajando duro.

—¿Cómo gestiona tanto halago y reconocimiento? La victoria puede debilitar.

—Sí, por supuesto. Lo que no puedes hacer nunca es confiarte y pensar que está todo hecho. Recibir halagos gusta, pero luego también hay que saber gestionarlos. Hay que tener los pies en la tierra, ser humilde y debo seguir trabajando como hasta ahora. El sacrificio, la humildad y otros valores son los que nos llevan a ser buenos deportistas. A mí lo que me gusta de los reconocimientos, y es con lo que me quedo, es el cariño de la gente. Hay algo que me dijo una persona el otro día en la gala del COE, y es verdad. Y es que ese cariño debemos guardarlo en nuestra mente para recordarlo cuando vengan los malos momentos, porque es lo que nos va a ayudar para seguir trabajando y salir adelante.

—Transcurridos cuatro meses de su gesta, ¿con qué detalles se queda de las finales?

—La verdad es que no me quedo tanto con lo vivido en las finales, como sí con los malos momentos que sufrí para conseguir llegar a esos resultados. Eso es lo que realmente me queda grabado. Luego, la competición te da y te quita. Pero lo que realmente te marca es todo lo que has padecido para alcanzar los objetivos.

—Lo que ha quedado patente es que el K4 500 español, del que forma parte, es un ejemplo de sacrificio y progresión. Fueron limando poco a poco la diferencia que les sacaba Alemania hasta superarlos este año, al fin.

—Por supuesto. Tenemos un gran grupo, una amistad tremenda, nos compenetramos muy bien, y eso al final se ve reflejado en los resultados. Estamos supercontentos e ilusionados con el proyecto que tenemos y vamos a insistir. Seguir en esa línea para intentar llegar a París 2024 en las mejores condiciones posibles.

—Ahora que han superado ya a Alemania tanto en la Copa del Mundo como en el Mundial, ¿puede ser su mayor enemigo el pensar que ya lo han logrado?

—¡Qué va, qué va! Nosotros mismos lo comentamos de vez en cuando para motivarnos: «¿Que te estás relajando?» [Se ríe]. Nada, nada. Estamos todos muy centrados, con muchas ganas y no nos confiamos. Al contrario. El oro ha sido un empujón tremendo para seguir mejorando. Vamos por el buen camino y hay que seguir por ahí. Si al final nos ganan, que esto es deporte, no nos puede quedar el remordimiento de no haberlo dado todo.

—¿En qué pueden mejorar?

—Lo que más seguimos trabajando es el aspecto técnico. El físico ya lo tenemos muy medido. Sabemos cómo llegar en el estado óptimo a las competiciones. Pero el técnico es algo que está en continua evolución en el mundo del piragüismo. Aunque estemos en nuestro segundo ciclo olímpico, se puede seguir mejorando el paleo, y en eso andamos.

«En el Mundial 2023 nos lo jugamos todo a una carta»

El K4 de Arévalo, junto a otro gallego como Rodrigo Germade, tiene muy buena pinta.

—La retirada de Ronald Rauhe le ha hecho daño a Alemania.

—Sí, por supuesto. Al final sustituir a una persona por otra cambia por completo la embarcación. Y más siendo Ronald, que es una leyenda del piragüismo mundial. Es normal que se resienta. Pero bueno, Alemania tiene palistas excepcionales y seguro que su sustituto no va a tardar en acoplarse, y por eso no nos podemos despistar.

—Tienen margen de mejora para alcanzaros.

—Adaptar a una persona a un barco lleva su tiempo. Puedes tener a los mejores palistas individuales y luego no funcionar como equipo.

—En el último año hicieron cambios de posición en el barco. Marcus Cooper y usted intercambiaron su lugar y ahora está de segundo, tras Craviotto. ¿Preparan alguna sorpresa para el 2023?

—A ver, a ver... [se ríe]. Eso depende más del entrenador que de nosotros. En principio la idea es seguir igual, pero tampoco puedo asegurar nada porque igual mañana me montan en otro lado.

—En el Mundial del 2023 de Duisburgo, del 23 al 27 de agosto, se repartirán plazas olímpicas. Contamos como seguro que para el K4 la lograrán, ¿no?

—Sí, nos la jugamos ahí. Y además es la única oportunidad que tendremos. Todo a una. Así que seguro que lo viviremos con nervios. Para el K1 y el K2 aún hay otras oportunidades en el continental, pero en el K4 nos la jugamos ahí y tenemos que ser uno de los primeros seis barcos europeos para lograrlo.

—Pensando en el Mundial 2023, ¿va a hacer alguna otra prueba al margen del K4?

—No se sabe aún. En mayo o por ahí nos jugaremos las plazas de las pruebas no olímpicas y ya se verá. De momento, aún no hay ni criterios, así que no tenemos ni idea.

«Desde que entré en el Ejército mejoraron mis resultados, y no es casualidad»

Arévalo tiene claro que su gran reto es el oro en París con el K4, pero no descarta intentar un doblete con un K2.

—De cara a París 2024, es seguro que optará con el K4 y que no lo hará en K1, porque la distancia es demasiado larga para un velocista como usted (1.000 metros). ¿Cómo ve lo de intentar un K2 500?

—De momento estamos muy centrados en el K4 500. A veces bajamos al K2 y probamos cosillas... Si vemos que la cosa va bien y nos animamos... Pero bueno, ni tan siquiera sabemos los horarios de los Juegos... Yo creo que se va a poder doblar, pero ahora mismo solo pensamos en el K4, que para el piragüismo mundial es la prueba reina. Si luego podemos luchar algo en el K2, buscar una medalla ahí también, como hice en Tokio [fue quinto en K1 200], pues perfecto. Pero el objetivo número uno es el K4.

—Y si surge la posibilidad del K2, ¿hay algún compañero en especial con el que le ilusione formar el proyecto?

—La única opción sería con alguien de los que ya estamos en el K4, así que...

—En los últimos años está logrando grandes resultados, coincidiendo con su entrada en el Ejército.

—Las casualidades no existen. La estabilidad y la tranquilidad es lo que más ayuda a un deportista. Estar apoyado por detrás si pasa algo, el verse arropado por una familia como la que tengo yo en las Fuerzas Armadas... Todo eso es muy importante a la hora de conseguir una buena trayectoria deportiva.

—¿Fue la mejor decisión de su vida?

—Sí. Yo no estaría en donde estoy si no hubiera tomado esa decisión. Jamás me arrepentiré. Se ve en los resultados. Como bien dije, desde que entré han mejorado y las casualidades no existen.

Teresa Portela: «Hay que ir con todo para clasificarnos en el 2023 para mis séptimos Juegos»

Iván Antelo

Cumplidos los 40, Teresa Portela (Aldán, 1982) sigue siendo uno de los grandes iconos del deporte gallego. En el 2022 volvió a sobresalir con un segundo y un cuarto puestos en el último Mundial y una medalla de plata en la Copa del Mundo. En el 2023 puede agrandar su leyenda alcanzando sus séptimos Juegos Olímpicos. Ninguna mujer española ha pasado de cinco y el techo en hombres lo marca Chuso García Bragado con ocho.

—¿Con qué sensación deja el 2022?

—Muy buena. Ya el año pasado fue espectacular porque conseguí mi gran objetivo [una medalla olímpica], así que empecé este con fuerza para un nuevo proyecto y una nueva ilusión por hacer algo completamente diferente a lo que venía haciendo. Antes estaba en un barco individual y, de repente, fue pasarme a una embarcación de equipo y, además, con cambia de distancia. Y la verdad es que el primer paso que dimos fue muy bueno. Sacar un K4 nuevo, ir a la Copa del Mundo, conseguir una plata y después volver a luchar por las medallas en el Mundial [cuartas], además luego también ser subcampeones del mundo en el K2... Evidentemente, el balance es muy muy bueno y da la motivación que una necesita para afrontar el año 2023, que sabemos que va a ser difícil, en el que vamos con la esperanza de lograr lo que todos queremos: el billete para París 2024.

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