Francia examina al Alpine de Fernando Alonso

David Sánchez de Castro COLPISA

DEPORTES

Jim WATSON / POOL | EFE

El anodino circuito de Paul Ricard mide las fuerzas de un equipo que genera muchas dudas y está en el alambre

21 jul 2022 . Actualizado a las 16:15 h.

Decía Fernando Alonso en el GP de Austria que los fallos de Alpine, bien desde el muro, bien mecánicos, le habían costado entre 50 y 60 puntos este año. Esa realidad se ha leído como una crítica por parte de algunos dirigentes del equipo, pero no ha sido digerida por igual por todos. Mientras algunos han agachado la cabeza tras recibir el rapapolvo, conscientes de que es una realidad palpable, otros se han revuelto. El último, un encargado jefe de medio pelo y recién llegado a la escudería que se siente con la potestad de levantar el tono de voz.

Otmar Szafnauer llegaba a principios de este 2022 con la vitola de ser un jefe duro y eficaz. El rumano-estadounidense dejó Aston Martin para incorporarse a Alpine y acabar así con una inútil bicefalia que no había logrado maximizar los recursos que Renault, bajo el mando del entusiasta Luca de Meo, había puesto para resucitar las viejas glorias de la marca francesa. Pocos más orgullosos que los galos con su historia, y motivos había para ello, pero tras años de deambular, necesitaban un golpe de autoridad. Szafnauer se había enfrentado a todo y a todos cuando se acusó a Racing Point (hoy Aston Martin) de ser un Mercedes rosa, llegando incluso a amenazar a la mismísima FIA con una espantada del equipo que privara a la parrilla de alcanzar sus 20 participantes por carrera. El órdago le salió bien, Racing Point completó aquella temporada y aunque hoy es un gigante al que le cuesta moverse bajo las siglas de Aston Martin, demostró que carácter no le falta.

Ese genio ha chocado frontalmente con una realidad: Fernando Alonso es un viejo reloj que sigue funcionando con mecanismo de cuerda como el primer día. A Szafnauer no le gusta que el asturiano afee (aunque no con el mismo tono ácido que en los años de McLaren Honda o antes en Ferrari, ni mucho menos) los fallos evidentes y visibles de Alpine. El jefe de la escudería gala evita a toda costa elogiar las actuaciones del español, o si lo hace las sitúa en comparación a las de un Esteban Ocon que sigue siendo el líder de facto del equipo y no solo por ser francés: los resultados, de momento, juegan a su favor. Aunque en el 2021 claudicara con Alonso, logró una victoria en Hungría (con un papel protagonista e imprescindible del español) y eso aún pesa mucho.

Szafnauer ha sido noticia en las semanas que han pasado desde la salida del Red Bull Ring al aterrizaje en Paul Ricard por su insistencia en colocar a Oscar Piastri en una posición de preponderancia con respecto a Alonso para el 2023. Aunque el australiano parecía haber encontrado acomodo en Williams, previo cambio de motores Renault en lugar de los Mercedes, ahora las cosas no están tan claras. Alonso y Alpine se han emplazado a después del verano para hablar de una continuidad que parece abocada a firmarse, ya que ni uno ni otro tienen nada mejor —¿o sí?— para la próxima campaña. Por eso, las dos últimas citas antes de vacaciones son clave: la primera, además, en tierras francesas.

Saltarse las curvas no penaliza

En un momento en el que se plantea la desaparición de circuitos históricos como el de Spa-Francorchamps, los aficionados se tienen que tragar con un poco de azúcar la amarga píldora del GP de Francia en Paul Ricard. Un trazado que, de tener escapatorias de grava o arena, sería uno de los más espectaculares del año y pasa por un circuito anodino en el que saltarse las curvas no penaliza absolutamente nada porque no se asume la necesidad de castigar a quien lo haga. Las sanciones por saltarse los límites de la pista serán una constante este fin de semana ya desde el viernes.

La cúpula mayor de Alpine estará en el circuito, como no podría ser de otra manera. Como casarse en Covadonga para un asturiano o asturiana de bien, visitar Paul Ricard es obligado para todos los dirigentes de la matriz Renault. Algunos lo harán con pocas ganas, porque no se espera mucho espectáculo, pero será una ocasión de oro para ver de cerca una de las ramas de la empresa que más activos se está llevando. Por si acaso es la última vez que tienen la ocasión de verlo de cerca antes de que emprenda la pendiente de bajada hasta los infiernos que hace no tanto visitaron.