Además de a su orgullo y gen ganador, los madridistas se aferran en esta final a cuatro a su oficio, con el deseo de dar la sorpresa en el Stark Arena de Belgrado y resarcirse de las cinco últimas derrotas sufridas frente al Barça, desde diciembre en la Euroliga (93-80) al pasado 10 de abril en la Liga Endesa, con prórroga y polémica incluida (108-97) en el Palau. «Nunca hemos dejado de creer que éramos candidatos para ganar la Euroliga», advierte Laso.