Iago López participa en el último récord de velocidad trasatlántica

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Racingsf

El regatista de Portosín cubrió con la tripulación del «Comanche» las 3.000 millas náuticas entre Lanzarote y la isla de Granada en menos de 8 días

17 ene 2022 . Actualizado a las 22:20 h.

Siete días, 22 horas, 1 minuto y 4 segundos. Ese es el tiempo que necesitó la tripulación del VPLP Design/Verdier Maxi Comanche para cubrir las cerca de 3.000 millas náuticas que separan Lanzarote, en el extremo oriental del océano Atlántico, de la pequeña isla caribeña de Granada, en el lado opuesto del Gran Charco. Un recorrido con el que la embarcación patroneada por el australiano-holandés afincado en España Mitch Booth fijó el nuevo récord de velocidad de barcos monocasco de la RORC Transatlantic Race que une las citadas ínsulas, agenciándose al mismo tiempo el Trofeo de la International Maxi Association (IMA). 

El último logro de la laureada tripulación del Comanche contó con participación gallega. La brutal rebaja en más de dos jornadas de navegación respecto a los 10 días, 5 horas, 47 minutos y 11 segundos establecida por el My Song de Pier Luigi Loro en el 2018 incluyó a Iago López Marra (Portosín, 7 de abril de 1990) entre las casi dos docenas de tripulantes de dieciséis nacionalidades distintas del Comanche, plagada de campeones olímpicos y hombres con experiencia en circunnavegaciones planetarias y la Copa América. Entre ellos, el también regatista español Guillermo Altadill, con diez vueltas al mundo a sus espaldas. 

Los 30,5 metros del Comanche, que había partido el día 8 de Lanzarote, alcanzaron la isla de Granada este domingo, sumando un nuevo éxito a su excelso palmarés, en el que aparecen con anterioridad otro récord trasatlántico, pero navegando de oeste a este, o la RORC Caribbean 600, esta última, próximo reto del Comanche

«Foi un regalo de Reis», declara el gallego, enrolado en el reto a horas de la salida

Cinco meses hacía desde su participación en los Juegos de Tokio y esa frustrante sensación de acabar viéndose a las puertas del podio olímpico en la clase 49er. Amante declarado de la vela de altura, Iago López tenía ganas de una experiencia diferente. Y se esforzó por conseguirla: «Despois dos Xogos tentei falar coa xente do Comanche para enrolarme na tripulación. Sempre foi un barco que me gustou. Un barco top mundial, unha icona», cuenta desde el otro lado del Atlántico el gallego. Y su arrojo fue recompensado. 

«Competir na RORC Transatlantic Race foi un pouco por sorte», continúa el de Portosín. «Porque a idea era que eu fixese o transporte de Francia a Lanzarote co barco, a modo de proba, pero deuse a casualidade de que se deron dúas baixas na tripulación e saltei no último momento. Ata a última hora do día 6 —la salida se dio el 8— non souben que ía embarcar. Así que, declara, foi un regalo de Reis», redondeado por la inscripción de su nombre en todo un récord de velocidad transoceánica.

Con Mitch Booth, bimedallista olímpico en la clase Tornado, campeón mundial en F18 y Extreme 40 y experto en competición en alta mar, como patrón, Iago López trabajó en el Comanche de la misma forma que el resto de la tripulación: «Tiñamos un sistema de gardas de 4 en 4 horas. A idea era facer un pouco de todo. Desde trimar velas adiante e facer manobras ata levar o temón relevándonos». 

Sobre la posibilidad de repetir en el Comanche en la RORC Caribbean 600, con salida en la isla caribeña de Antigua el 21 de febrero, López dice que «me gustaría moito», apuntando que no interferiría en su nuevo proyecto olímpico junto a la canaria Tara Pacheco en la clase Nacra 17.