Curry se acerca a Allen y los 3.000

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Cary Edmondson

El mejor triplista de la NBA está a punto de superar dos registros de largo alcance

12 dic 2021 . Actualizado a las 10:41 h.

Que Stephen Curry es el mejor triplista de la NBA y de la historia probablemente lo discuten muy pocos. Los números avalan esa distinción. Está a solo nueve canastas de tres puntos de igualar el récord que todavía ostenta otro gran especialista, Ray Allen, con 2.973. Y con 36 más será el primero en alcanzar la barrera de los 3.000. Palabras mayores.

Hay más estadísticas que visten la impecable trayectoria del base de los Golden State Warriors en los lanzamientos desde detrás del arco. Allen firmó 269 triples en su mejor año. Curry ya ha rebasado esa barrera en seis ocasiones y tiene el récord en la campaña 15/16, con 402, la primera y hasta ahora única vez que un jugador anota más de cuatro centenares en un mismo curso. Puede superarse a sí mismo esta temporada. Es también el único, hasta la fecha, que ha promediado más de cinco aciertos en la larga distancia, en tres ocasiones. Y ha anotado diez triples o más en veintidós ocasiones.

Es un talento natural en el tiro y, junto a Klay Thompson, otro francotirador, conforma la pareja más letal. De ellos dijo Kobe Bryant que «parecen buenos chicos, pero son unos asesinos». No en vano, Thompson es el que más triples ha convertido en un solo encuentro, 14. A continuación, con 13, aparecen el propio Curry y Zach Lavine.

Inicios complicados

Pero el base de los Warriors no ha tenido una carrera fácil, al menos en sus inicios. Fue elegido por su actual equipo en el séptimo puesto del draft de 2009. Y antes de la ceremonia decían de él que le faltaba físico para ser un primer espada en la NBA.

El número uno de aquel draft fue Blake Griffin, escogido por Los Angeles Clippers. El tres fue para James Harden (Oklahoma City Thunder). Y el seis para Ricky Rubio (Minnesota Timberwolves).

Mucho antes de eso, el propio Curry recuerda la que califica como «la conversación más importante» de su vida, cuando tenía 13 años. Así lo recuerda: «Es el verano del 2001, tengo 13 años y estamos en los campeonatos nacionales de la AAU en Tennessee. Yo medía 1,70, 1,70 como mucho, y pesaba unos 45 kilos. Perdimos, estuvimos mal y yo jugué peor».

Y fue entonces cuando sus padres se sentaron con él y su madre, Sonya Curry, tomó la palabra: «Nadie va a escribir tu historia sino tú. Ni unos ojeadores, ni un torneo. No esos otros chicos, que podrían hacer esto mejor o aquello mejor. Y nunca tu apellido (su padre, Dell Curry, jugó 16 campañas en al NBA). Ninguna de esas personas, y ninguna de esas cosas, puede ser el autor de tu historia. Solo tú. Así que piénsalo bien. Tómate tu tiempo. Y luego ve y escribe lo que quieras escribir. Pero ten en cuenta que esta historia es tuya».

Y lo cierto es que nadie escribe y dibuja los triples como él lo hace, en cantidad y calidad, cerca de la línea o incluso a más de ocho metros. Moncho Fernández suele decir después de una buena defensa que acaba en canasta que «solo quedaba hacer falta o echarle arena a los ojos». Esta última opción, lógicamente, nunca se verá. Pero es probable que fuese capaz de anotar incluso en esa tesitura.

Ahora afronta tres desplazamientos seguidos, a Philadelphia, Indiana y Nueva York. Raro será que no caiga el récord de Allen. El triple número 3.000 tendrá que esperar algo más, no mucho más. Nunca nadie sumó desde lejos con tanta continuidad. Y es difícil prever hasta donde llegarán sus registros.

Ray Allen, un escolta con una muñeca prodigiosa, jugó su último partido un 15 de junio del 2014, en la final que perdieron los Heat ante los Spurs. Estaba a poco más de un mes para cumplir los 39 años.

Stephen Curry cumplió 33 el 14 de marzo. Le queda cuerda y juega en un equipo que aprovecha sus virtudes al máximo. Su entrenador, Steve Kerr, dice de él que solo conoció a otro jugador con el mismo nivel de confianza, Michael Jordan, con quien compartió vestuario en los Chicago Bulls. Palabras mayores.