Abu Dabi, la traca final de la fórmula 1 con aroma épico

David Sánchez de Castro COLPISA

DEPORTES

BRIAN SNYDER

Hamilton y Verstappen se juegan el Campeonato del Mundo del 2021 en la última carrera del año, donde un accidente entre los dos le daría el título al de Red Bull

09 dic 2021 . Actualizado a las 15:48 h.

Visto de dónde venía el Campeonato del Mundo de fórmula 1 en los últimos años, ni en los mejores sueños de los marketinianos más sórdidos habría aparecido un escenario así para el último acto del 2021. Max Verstappen y Lewis Hamilton, por este orden, llegan al renovado circuito de Yas Marina en Abu Dabi empatados a puntos después de la disputa de 21 grandes premios. Las cuentas son sencillas: el que quede por delante gana, y si no puntúan ninguno de los dos, lo hará el de Red Bull.

Esta última posibilidad es la que ha generado más comentarios en los últimos días. Lo ocurrido en Arabia Saudí, donde Hamilton embistió por detrás a Verstappen y el sancionado fue este por frenar de más, invita a pensar que irremediablemente estamos ante un gran premio que acabará en accidente. Los dos contendientes por el título se las han tenido de todos los colores durante esta temporada, con episodios que acabaron en accidentes como los de Silverstone (culpa de Hamilton) o Monza (culpa de Verstappen). Se tienen demasiadas ganas y tan poco respeto que el miedo no es un factor a tener en cuenta.

En caso de contacto que les deje a los dos fuera, el beneficiado sería Verstappen. El neerlandés ya ha demostrado a lo largo de la temporada que está dispuesto a sobrepasar lo que se considera una lucha justa: si tiene que trazar por donde no es recomendable, lo hará. El británico, en cambio, es más sibilino: él dejará que su rival le tire la primera estocada, y aprovechará su impulso para sacar provecho. La primera curva del trazado abudabí es el lugar donde muchos ven que se producirá una escena que se ha repetido en infinidad de carreras a lo largo de la historia: Verstappen se irá largo, Hamilton estrangulará su reentrada al asfalto y o bien se chocan, o bien uno de los dos será sancionado.

Y es que la aportación de la FIA será clave. Michael Masi, director de carrera y juez máximo de las pruebas, se ha visto totalmente sobrepasado por las circunstancias. El laissez faire (dejar hacer) sobre el que ha basado su filosofía a la hora de sancionar ha permitido que las fronteras de lo permitido se difuminen, hasta el punto de que un accidente que manda un piloto al hospital (Silverstone) obtiene el mismo castigo que uno que solo rompe parte del alerón delantero (Arabia Saudí). Ante un eventual choque entre ambos, nadie se atreve a predecir qué dictaminarán en la sala de comisarios.

Ocurra lo que ocurra, esta será la traca final de una temporada que pasará a los anales de la historia. Hamilton y Verstappen han propiciado una de esas campañas que crean afición, regada de polémicas dentro y fuera de la pista que es lo que, como ha enseñado la historia de cualquier competición, crea poso. ¿O acaso es casual que estos días en Google hayan aumentado las búsquedas de 'Suzuka 1990', 'Senna vs. Prost' o 'Jerez 1997'?

Otros focos

Llegar a la última carrera del año con los dos contendientes pugnando por el título de una manera tan agresiva no se producía desde hace años. Para muchos, este puede ser un final a la altura del de 2008 (por citar el más cercano), en el que Felipe Massa fue campeón durante unos segundos, hasta que Hamilton adelantó a Timo Glock en la última curva de la última vuelta del Gran Premio de Brasil.

Sin embargo, hay muchas más líneas argumentales que cerrar en esta apasionante novela de suspense. El Mundial de Constructores, que es el que reparte el dinero, está aún en el aire: Mercedes llega con 28 puntos de ventaja sobre Red Bull, y parten como grandes favoritos. De Bottas y Pérez, los segundos pilotos de sus respectivos equipos, dependerá en buena medida la resolución de este punto.

También será la última carrera de toda una leyenda del automovilismo como es Kimi Räikkönen. El finlandés colgará de manera definitiva el casco y los guantes para dedicarse a su familia y, quizá, llevar al pequeño Robin Räikkönen por los vericuetos del automovilismo para emularle dentro de unos cuantos años. Por el camino deja una trayectoria de leyenda, siendo además el último campeón del mundo (de momento) con Ferrari. 21 victorias, 18 poles, 46 vueltas rápidas, 103 podios. Quien venga detrás, que le iguale si puede.

Uno de los récords que sí le caerán en el 2022 será el de piloto con más grandes premios disputados. Fernando Alonso será quien lo haga, después de haber cerrado uno de los mejores regresos del año de un deportista de élite. A sus 40 años, el español no solo ha recuperado la ilusión propia y de los fans, que han hecho suyo El Plan, sino que ha metido el miedo en el cuerpo de sus rivales: si Alpine da con la tecla del coche del año que viene, que se preparen los demás.

Uno de sus rivales puede ser un Carlos Sainz que ha callado muchas bocas en su primer año en Ferrari. Quien le veía como un claro segundón frente a Charles Leclerc se ha encontrado con un piloto firme, regular y fiable. Su batalla este fin de semana será superar a su buen amigo Lando Norris, al que tiene a 4,5 puntos, y a su propio compañero, a quien tiene a 8,5. No será un reto fácil, pero si la suerte y el buen tino le acompañan (aquí entran en juego los eventuales incidentes arriba), puede acabar su primer año en Ferrari en una memorable quinta posición del Mundial.