La Davis sigue siendo diferente

Fernando Rey Tapias

DEPORTES

Rodrigo Jiménez

29 nov 2021 . Actualizado a las 10:39 h.

Con cuatro jugadores de primer nivel Rusia y una España muy mermada el triunfo del grupo se decidió por detalles. Bajo cualquier formato, la Copa Davis es algo diferente, al jugar cada tenista por su país: a unos les encanta y a otros les tensiona, por lo que los resultados más sorprendentes se producen en este evento.

El partido entre Feliciano y Rublev podía parecer de pronóstico muy favorable para el ruso, que no pudo con un rival de 40 años al borde de la retirada, algo sorprendente. Un jugador tenso e inexperto en la Davis incapaz para neutralizar la táctica de subidas a la red y voleas definitivas del otro. Feliciano, ante su público, en su ciudad, en pista rápida e indoor y con el incentivo de ser el protagonista, triunfó con una demostración. Su repertorio de servicio, approach y voleas es digno de enseñar en cualquier escuela. para ilustrar cómo se juega al ataque. Fue, como él mismo dijo, uno de los mejores partidos de su vida.

Medvedev empezó mejor en el segundo partido, pero la reacción de Carreño lo igualó. El encuentro se convirtió en un toma y daca de fondo, más monótono, por rachas, con fallos por los dos lados. Al final decantó el resultado el mejor servicio de Medvedev, con un primer saque mucho más dañino. Carreño jugó bien, pero no hubo apenas variedad, ni cambios de ritmo ni subidas a la red, frente a lo que había sido el encuentro anterior.

Y en el dobles, los rusos, con una táctica bastante primitiva, fueron de menos a más, en el partido que, a priori, podía pensarse más favorable a España. El lógico bajón físico de Feliciano y una atmósfera que se fue enfriando en una pista algo vacía terminaron contagiando también a Granollers. Los rusos se lo fueron creyendo a medida que avanzó el partido y queda la duda de qué habría pasado en un ambiente más caliente y favorable para España.