Nueve presidentas y más de cien directivas, al frente del fútbol gallego

Melissa Rodríguez
Melissa Rodríguez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

CARMELA QUEIJEIRO

Hace apenas una década ningún club estaba comandado por una mujer

08 nov 2021 . Actualizado a las 11:33 h.

La sociedad avanza en términos de igualdad entre hombres y mujeres, y los distintos estamentos del fútbol, un deporte que siempre ha estado muy vinculado a los varones, también. En los principales clubes de Galicia, desde Primera División a Preferente Autonómica (seis categorías), ellas toman peso en el escalón más alto, las juntas directivas. Si en la temporada 2012-2013, hace nueve cursos, la representación femenina era nula en las presidencias, ahora son otras tantas las que llevan el timón. Van a una por año. Más de cien (unas 110, según datos de la Real Federación Galega de Fútbol) también reman a favor del balompié en esas y otras entidades. En un total de 75 agrupaciones en estas divisiones, las que buscan la paridad (50) les ganan a las que no lo hacen (25).

Ciento diecinueve mujeres siguen siendo pocas si se compara con la poderosa representación masculina, pero supone un avance muy grande respecto a cuando el fútbol solo era un deporte para hombres. Es el primer paso para seguir progresando.

Lupe Murillo, máxima mandataria del Pontevedra, un histórico, es la gran referente con ocho temporadas a las espaldas como presidenta y otras muchas en cargos inferiores. Las otras presidentas asumen el liderazgo de clubes de Preferente. Son María del Carmen Noya, en el Dubra; Marta Costas (Pontellas), Pilar Varela (Velle), María Placeres (Cultural Areas), Estela Santomé (Moaña), Beatriz Velo (Xallas), Montse Martínez (Portonovo) y María Paniccia (Porriño). La provincia de Pontevedra lleva el estandarte.

Los clubes gallegos más representativos, Deportivo y Celta, cuentan con mujeres en sus consejos de administración. En el caso del coruñés, rompió la barrera en febrero de este mismo año al incluir a Emma Lustres. El Lugo, el Arenteiro o el Arousa son otros buenos ejemplos. En Tercera Nacional destaca el Noia, con hasta cinco féminas que representan, prácticamente, la mitad de la cúpula. Incluso en categorías inferiores como Primera o Segunda autonómicas se encuentran recientemente casos llamativos como el de Rebeca Facal, presidenta del Baio, o el Cee con cuatro mujeres, que acabaron con un estigma en el fútbol de A Costa.

CARMELA QUEIJEIRO

Los mandatarios del Noia y el Arenteiro, a la vanguardia

José Luis Botana, cabeza visible del Noia, deposita su confianza en mujeres para la secretaría y la tesorería. Otras tres hacen de vocales. «Fano moi ben. Haille que dar a posibilidade de que poidan traballar a prol do fútbol porque son totalmente válidas, e visibilizalas como parte importante deste deporte, pois xa o traballo que fan como nais nas escolas deportivas é impresionante», dice. Todas las decisiones del club las toman en consenso.

Argimiro Marnotes, presidente del Arenteiro, siempre tuvo claro que quería contar con representantes femeninas para llevar las riendas de la entidad. Son tres de un total de siete. Su mensaje es claro: «Non as busquei por buscar, senón porque hai mulleres que están ó cen por cento co fútbol. Existen. Cantas máis sexan, mellor».

En club carballés del Sofán donde la representación femenina es nula, el mandatario, Ricardo Serrano, reconoce que son conocedores de que es algo que deben cambiar: «Estamos niso, xa é algo que temos pendente».

NACHO FEIJOO

Lupe Murillo: «Soy muy hooligan, pero de que todo tiene que salir perfecto»

Lupe Murillo (Pontevedra, 1970) no para ni un segundo al día entre dirigir su empresa, Conservas Pescamar; ser parlamentaria, formar parte del consejo de administración del Obradoiro y presidir el Pontevedra. Ahora bien, este último club es el que le ocupa gran parte de su tiempo: «He dedicado el setenta por ciento de mi día al Pontevedra. Por momentos lo llevé todo, cada decisión», comenta.

Ya van casi una veintena de años desde que aterrizó en Pasarón. «Buscaban un revulsivo porque necesitaban noticias del Pontevedra, y se les ocurrió meter a una mujer. No sé decir que no y así empezó todo», recuerda. Pasó de ser la «niña que hacía lo que los demás no querían», a ser vicepresidenta y, más tarde, dar el salto al escalón más alto luego de rescatar al club cuando estaba en causa de disolución.

«No conocía demasiado el mundo del fútbol, pero siempre tuve claro que, para temas de gestión deportiva, era igual que ellos. Y se me respetó como persona capacitada. Nunca me catalogaron como mujer u hombre. No sé si en algo tuvo que ver mi carácter [se ríe]. El apoyo recibido en ese primer año por los clubes en la fase de ascenso a Segunda B me congratuló», relata.

Ha pasado el tiempo y todavía lleva «francamente mal» el hecho de no ganar un partido. «Soy muy hooligan, pero de que todo tiene que salir perfecto», explica.

Solo en una ocasión vivió un episodio machista que la dejó de piedra: «En el campo del Almería, en un play-off, a mí no me dejaron entrar por el mismo sitio que al resto de mis compañeros de la directiva. Me hicieron dar la vuelta a todo el campo porque, según me dijeron cuando pregunté, era una puerta por la que nunca habían entrado las mujeres, ya que también daba acceso al vestuario y no fuese a ser que nos asustásemos, claro».

Heredó la pasión por la gestión deportiva de su padre, Diego Murillo.

Marta Costas, lidera el Pontellas: «En el club me respetan muchísimo, siempre me he sentido así»

Marta Costas (Mos, 1977) vive la sexta campaña al frente del Pontellas, en O Porriño. Estaba ligada al club por su hijo, que jugaba. «Me solicitaron llevar la gestión y acepté. Me gustaba el fútbol, si no, no te metes», cuenta entre risas. Reconoce que los inicios fueron complicados, aunque el trato que recibió por parte de los presidentes de otros clubes fue «muy bueno», al igual que en su propia entidad: «Me respetan muchísimo, siempre me he sentido así». Con todo, ha vivido momentos desagradables en campos de categorías más bajas a la Preferente, aunque siempre se los tomó de forma anecdótica: «Me tienen dicho: ‘Que vén aí o teu home?' Y si haces comentarios técnicos, alguno te mira raro», recuerda. Asimismo, ha recibido halagos: «Los hombres dicen que somos más racionales a la hora de gestionar». Dos mujeres la acompañan en esta labor de «apoyo a todos» para la que no se marca un final.

Pilar Varela, dirige el Velle: «É algo que levas no sangue. Mámalo na casa e acábache tirando»

Pilar Varela (Ourense) lleva las riendas del Velle ourensán por cuarta temporada. Su hermana la acompaña en esta tarea. Es una cuestión familiar: «É algo que levas no sangue. Mámalo na casa e acábache tirando», explica. Y es que su padre, Antonio Varela, fue uno de los fundadores de la entidad, además de presidente. Dieron un paso histórico en el club, al ser las primeras mujeres, y fueron «moi apoiadas e respectadas por todo o mundo». En el día a día hace «un pouco de todo»: atiende la lavandería, la cafetería, a los padres, la administración... Las decisiones técnicas las deja en manos del coordinador, ya que como explica, es su función. «Acábalo vivindo como unha parte máis da túa vida porque lle dedicas moito tempo», asegura. Por este último motivo y porque «cada vez é máis carga de traballo e economicamente máis difícil» piensa en dar el relevo.