Si este partido era, como se vendió en la previa, un duelo entre Ansu Fati y Vinicius, no cabe duda de quién es más decisivo para su equipo a día de hoy. Lamentablemente para el Barça, sus mejores jugadores siguen siendo Piqué, Alba y, sobre todo, Busquets.
Ni Ansu Fati ni Memphis. Es duro e injusto, pero parece que Eric García nunca tendrá los centímetros suficientes para ser un central top. A Mingueza se le quedó grande el partido y Dest, en fin.
Pero por encima de todos, la gran decepción es Frenkie de Jong —de su tocayo de apellido, continúa sin entenderse su presencia—. Seguimos esperando ese gran partido del neerlandés, que tanto brilló en el Ajax y que aterrizó en el Camp Nou como un mesías del cruyffismo. Pero nada. Tal vez las expectativas fueron excesivas. Cuestionar el peso del fútbol holandés en el Barcelona es casi una herejía, pero desde que Koeman dejó el Camp Nou, los jugadores de los Países Bajos no han llevado la excelencia a la entidad. Cocu es el que más partidos jugó (205) y solo ganó un título. Los mismos que Kluivert o Frank de Boer. Los que más copas levantaron fueron Affelay (8) —ya ven qué protagonismo tuvo—, Cillessen (5) —otro— y Van Bronckhorst (5). Frenkie de momento solo ha logrado una Copa del Rey. Con partidos como este no llegarán muchos más.