En una frenética salida en Sachsenring, «territorio Márquez'», el poleman Johann Zarco (Ducati) no pudo defender su posición de privilegio y cedió el mando al líder del Mundial, el también francés Fabio Quartararo (Yamaha), aunque antes de terminar el primer giro Aleix Espargaró (Aprilia), que partía tercero, tomó el mando. Fue entonces cuando emergió la figura del gran dominador de los últimos años en el trazado germano. Remontando desde la quinta plaza de salida, Márquez solo necesitó dos vueltas para pasar a comandar la cita, y ni la amenaza de las primeras gotas, que empezaron a caer a falta de 24 vueltas, le frenaron.
Mientras se desplegaba la bandera blanca que permitía a los pilotos entrar en garajes a cambiar de moto, el de Cervera no lo dudó y comenzó a tirar al máximo, haciéndose con casi dos segundos de renta sobre el grupo perseguidor, donde el portugués Miguel Oliveira (KTM) se hizo con el mando. La nueva aparición de la lluvia no frenó al catalán, mientras el luso le recortaba a cada vuelta. Pero a falta de cuatro giros, aumentó el ritmo y nadie consiguió estropear su momento. Con lágrimas en los ojos, volvió a ganar 581 días después.