Un escenario económico terrorífico para Laporta

P. Ríos COLPISA

DEPORTES

ALBERT GEA

El nuevo presidente del Barça tomará esta semana posesión del cargo en un momento tan complicado para el club que las tensiones internas ya se han cobrado la primera víctima

14 mar 2021 . Actualizado a las 17:11 h.

El Barça tiene un agujero económico reconocido de 1.173 millones de euros, 730 de los cuales son necesarios a corto plazo para hacer frente a diferentes pagos. Eso antes de que la junta directiva entrante encargue una auditoría y una due diligence (investigación elaborada por consultores externos) no solo para saber exactamente el estado real de las cuentas. También para diferenciar qué lastre dejó la junta directiva saliente y qué se les podrá reclamar en el futuro a los que van a mandar ahora, si es que los números no mejoran lo suficiente. Todo en plena crisis económica global por una pandemia del coronavirus que todavía no permite al FC Barcelona volver a tener ingresos fijos diarios como la venta de entradas, de camisetas y artículos en las tiendas de club o de visitas al Museo. No hay turistas debido a la poca movilidad entre países. Y en ese contexto, el nuevo presidente, Joan Laporta, elegido en las urnas el 7 de marzo por los socios por amplia mayoría, debe presentar un aval de 125 millones que no tiene para poder ejercer. El próximo miércoles está previsto que tome posesión del cargo ya con todos los papeles en regla tras exhibir ese aval en LaLiga.

Ese es el terrorífico reto que Joan Laporta, con su experiencia como presidente del Barça entre 2003 y 2010, ha decidido afrontar de forma poco comprensible para cualquier ser humano. ¿Correr un riesgo así sin nada a cambio? De su barcelonismo no se puede dudar, de su pasión en sus actos tampoco, al igual que de su actitud positiva y de una pose 'a lo Kennedy' que siempre seduce. Pero con eso no basta para que un abogado catalán que ya fracasó en su salto a la política con un partido independentista saque dinero de debajo de las piedras. O sí.

Desde que ganó las elecciones, Laporta y sus colaboradores se han sentado con los bancos en busca de soluciones, primero para su aval de 125 millones y después para comenzar a pensar en refinanciar la deuda del club con un crédito que, ya de inmediato, ayude a pagar a los empleados de la entidad. Y se ha presentado el primer problema en ese contexto. Ya ha trascendido que JB Capital Markets, de Javier Botín, y Banco de Sabadell, cubrirán ese aval, posible motivo de una predimisión del vicepresidente económico. Jaume Giró. Había sido pieza clave durante la campaña electoral por su forma clara de explicar asuntos complejos y por su apuesta en la emisión de bonos para salvar al club, pero Jaume Giró no entrará finalmente en la directiva. Al parecer, quería plenos poderes para decidir en lo económico y con la entrada de los avalistas citados, que no pondrán el dinero a ciegas y querrán intervenir, veía limitado su protagonismo en una etapa en la que cualquier error en la gestión puede ser traumático La versión oficial es que su trabajo le obliga a desplazarse a menudo a Londres y no iba a poder compaginarlo con la vicepresidencia económica del club, pero eso no se lo cree nadie, porque durante los cuatro meses de la eterna campaña tuvo tiempo de prevenir el problema. Sin hablar todavía de las difíciles decisiones deportivas que hay que tomar, comenzando por la renovación de Messi, ni del Espai Barça y del Nuevo Camp Nou, dos obras faraónicas y costosas que firmó Josep Maria Bartomeu con Goldman Sachs por 825 millones y que hay que comenzar ya, Joan Laporta ya tiene un lío de los gordos con el adiós de Giró. Mal inicio.

Agüero y Eric García

En lo deportivo Laporta siempre tuvo ascendencia sobre los jugadores con su carácter abierto, pero de ahí a convencer a Messi para que se quede hay un mundo. Si lo consigue, se ganará al barcelonismo más todavía. Se intuye que no le temblará el pulso para buscar soluciones para desprenderse de jugadores que cobran mucho y triunfan poco, como Coutinho y Griezmann, con más opciones de quedarse para Dembélé. Es una misión obligada reducir la enorme masa salarial y apostar por la cantera, algo que ya hizo en su anterior etapa en el club. Ronald Koeman no le convence demasiado como entrenador, sobre todo porque su primera opción es el alemán Julian Nagelsmann, pero le valora como leyenda del club que quiso ser el técnico en el peor momento en la historia del Barça y le mantendrá si se lo gana con el título de Copa y optando hasta el final por la Liga. Tiene buenos contactos Laporta con siniestros representantes de jugadores y no se descarta que pueda acometer alguna gran operación, aunque todo, también la continuidad de Messi, dependerá de que puede crear un optimismo económico acorde a la sonrisa que luce. Su gran reto es buscar una fórmula para financiar el fichaje de Erling Haaland y mucho más fácil se antoja que pueda pescar en el Manchester City de su amigo Pep Guardiola y contratar al Kun Agüero, que sería bendecido por Messi, y al central Eric García, que llegará en verano sin pago de traspaso.