Luciano Calvo, presidente del Grupo Calvo y del Bergantiños: «Me habría gustado presidir el Dépor»

Caterina Devesa CARBALLO / LA VOZ

DEPORTES

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Lleva nueve campañas al frente del club carballés y confiesa que sufre tanto por este como por el coruñés

18 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Su apellido es de sobra conocido, y su trayectoria también. Su trabajo como presidente del Grupo Calvo y del Bergantiños centran su día a día, pero Luciano Calvo Pumpido (Carballo, 1948) saca tiempo para implicarse en entidades sociales y deportivas de su concello natal, como la Asociación Deportiva Xiria, de la que también es presidente y en la que hay espacio para el ajedrez, el voléy, el baloncesto y el balonmano, un deporte, este último, que confiesa le habría gustado practicar más cuando era niño.

-Acaba de celebrar sus bodas de plata ¿cuál es el truco para cumplir tantos años casado?

-Ja, ja, ja. Pues comprensión entre la pareja y tener ambos mano izquierda para solventar los encontronazos, que siempre habrá. El matrimonio en todas las etapas es una amistad profunda y hay que cuidarla.

-Como presidente del Bergantiños lleva casi una década. ¿Se arrepintió en algún momento?

-No me arrepiento, disgustos no me da, pero sí intranquilidad y tensión en los partidos. Me lo pidieron en su día y di un paso adelante porque me acompaña gente muy capacitada para ayudarme a llevar el equipo. Somos siete directivos en total, pocos, todos muy involucrados y cada uno con su parcela. Nos llevamos bien y si nos surgen desavenencias las solucionamos con pura democracia.

-¿Y de no haber formado parte de la directiva del Dépor?

-En su momento hubo comentarios de que había gente que me quería proponer para ser presidente, pero claro, ya no me cogió ni en edad ni en época. Por el trabajo que tengo en la fábrica no lo podía asumir al 100 % y, entonces, aunque me hubiese gustado ser presidente del Deportivo, pensé que al no tener experiencia en dirigir a un club de esa categoría y no tener tiempo para dedicarme en exclusiva, eso me iba a jugar en contra.

-¿Cómo ve ahora al club?

-El actual presidente, Fernando Vidal, es muy capaz, pero no está teniendo suerte en el apartado deportivo. Creo que igualmente es la persona adecuada para levantar al club económica y deportivamente, porque el Dépor tiene esos dos problemas. Es un momento complicado y hay que rehacer un club en poco tiempo para que vuelva a la categoría que se merece, por historia y por esa afición extraordinaria.

-¿Qué opina de la destitución de Vázquez?

-No puedo opinar de eso porque no estoy cerca de los acontecimientos, pero lo que sí es cierto es que en el fútbol marcan los resultados y al final, si no los hay, cae quizá la parte más débil, que es el entrenador. Porque no puedes destituir a veinte jugadores. De esta forma se opta por cambiar el míster para provocar una reacción psicológica en los futbolistas y dar un nuevo estilo al juego. Es complicado.

-¿Quiso fichar a Vázquez?

-Nosotros hablamos con él cuando el Bergan estaba jugando en Segunda B. Es una persona que ya entonces marcaba. Formaba parte de aquella nueva generación de entrenadores gallegos y me gustaba mucho su forma de hacer y sus aptitudes. Él tenía en ese momento ya un compromiso con el Lalín y no pudo ser.

-En las Escuelas Calvo Xiria se han formado ya unos cuantos profesionales.

-Me produce mucha satisfacción. Ahora hay 170 niños en la base y 161 en las escuelas, y va aumentando cada día. Empezamos en Carballo en el 2000 y adaptamos el proyecto a otros países muy castigados por la pobreza y las atenciones sanitarias como El Salvador. Ahí llegó a haber 1.500 niños en las escuelas. Luego, a nivel gallego y nacional, son un referente por el trabajo que se hace. Actualmente, en la plantilla del Bergan ya hay cuatro jugadores que provienen de ahí, es un 20 % del total. Es un éxito enorme y se están viendo los frutos, el ejemplo más mediático es el de Angeliño.

-¿Ya apuntaba maneras de pequeño?

-Me acuerdo cuando lo teníamos aquí y se marchó siendo prebenjamín de segundo año porque lo pidió el Dépor. Yo le dije: ‘Mira, Augusto, este chaval va a ser el futuro lateral izquierdo del equipo'. Y él me dijo: ‘Chano, ti estás tolo. Ese neno tan pequeno?'. Mis expectativas se cumplieron, es un jugador que les está dando dinero en cada traspaso. Al Bergan o a las Escolas no tanto, pero lo que recibía ayudaba para financiar el proyecto. Estoy convencido de que irá a la selección. Creo que Luis Enrique lo acabará llamando.

En corto

Confiesa que a su edad ya no tiene ningún reto por cumplir, pero le habría gustado practicar más la pesca deportiva.

-¿Su ídolo de pequeño?

-En fútbol me gustaba el que era el lateral izquierdo del Dépor, Reija. En esa época fue cuando empecé a seguir al equipo y me hice forofo yendo al campo a la grada de infantil.

-¿Sigue yendo a Riazor?

-Soy socio, pero no puedo ir casi nunca, porque entre los partidos el Bergan y los de mi hijo, que juega en un equipo de balonmano de la zona, se me complica.

-¿Sufre mucho con el fútbol?

-Sí. No soy capaz de ver perder al Dépor ni al Bergan. Me tengo que marchar.

-¿Qué le ha quitado el covid?

-Pues me gustaba mucho desayunar fuera de casa e ir por la calle saludando a todo el mundo. Ahora hay que ir con mucha precaución, con la mascarilla y desde de lejos.

-¿Se va a vacunar?

-Lo estoy deseando. Soy persona de riesgo tanto por edad, como porque tuve un problema de corazón y soy diabético.

-¿Cómo desconecta?

-Voy a pasear. Tengo que hacerlo por obligación, por lo del corazón, pero me gusta la vida al aire libre. Vivo en una aldea, y hay cerca frutales. Disfruto mucho del rural.

-¿Un sitio preferido?

-Galicia entera es bonita. No sabemos los gallegos lo que tenemos.

-¿Tiene mascota?

-Estamos pensando si adoptar de nuevo a un perro, pero tuvimos hasta hace 4 o 5 años y, la verdad, se pasa muy mal cuando se mueren.