Luis Suárez, el ninguneado

DEPORTES

21 dic 2020 . Actualizado a las 09:02 h.

El cambio de agenda que la pandemia ha provocado en todos los ámbitos se ha cobrado el poco prestigio que le quedaba al Balón de Oro. Un premio que antaño era indiscutible y que se ha convertido en simple reclamo publicitario para sus organizadores. Que se lo digan a Andrés Iniesta, que aún debe de estar preguntándose qué extraña y oculta maniobra pudo privarlo de llevárselo en el 2010 en beneficio de Leo Messi. En esta edición, para evitar grandes saraos y debido a que el fútbol, como todo en la vida, estuvo muy condicionado por el covid-19, France Football se sacó de la manga un equipo de ensueño que, finalmente, fueron tres.

Unos grupos de elegidos, obviamente, todos de primer nivel, pero que posiblemente no se correspondan con los 33 mejores futbolistas de la historia. Llama la atención que más de la mitad actuaron ya en este siglo. ¿Significa eso que han salido mejores jugadores en los últimos 20 años que en los 80 anteriores o simplemente los que votan los tienen más frescos?

Más allá de la injusticia que supone crear equipos de ensueño con un esquema elegido de forma arbitraria, lo que ya resulta incomprensible son algunas ausencias. Una de las más significativas la de Luis Suárez. El de verdad. El del barrio coruñés de Monte Alto. El mejor futbolista gallego de la historia. El único español que posee un Balón de Oro, que nadie discute que tenían que haber sido dos, amén de otros de plata y bronce. En su puesto (centrocampista ofensivo) están Pelé, Maradona y Di Stéfano. Lógico. Ahora, más refutable parece que Zidane, Platini o el propio Iniesta le hayan quitado el puesto. Pues sí, la organización y los votantes lo han ninguneado. Quizá a Luisito le sobren años, normalidad y acento gallego y le falte ego. Porque de fútbol, también iba sobrado.