Operado recientemente y sin puntuar en las dos primeras carreras, el catalán se enfrenta a Quartararo, el francés que no se baja de lo más alto del podio
28 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Marc Márquez llegará al Circuito de Brno, el segundo fin de semana de agosto, con la incógnita sobre su estado de forma, en pleno proceso de recuperación de su fractura de húmero, y siendo consciente de que el francés Fabio Quartararo ha empezado el Mundial de manera demoledora. 'QuartarHéros', rezaba el titular de la portada del lunes 20 de julio del diario deportivo L'Equipe, uno de los más prestigiosos del mundo. Un juego de palabras entre el apellido del ganador de la primera carrera de MotoGP de 2020 y la palabra 'héroe', sobre una foto a toda página del piloto francés mirando al cielo de Jerez desde lo más alto del podio.
Siete días después, el cotidiano deportivo elegía al mismo protagonista, esta vez con el titular 'Diabolique', empleando el sobrenombre que usa el vencedor este domingo del primer Gran Premio de Andalucía de la historia, de nuevo Quartararo, 'El diablo'. Dos triunfos consecutivos que le colocan al frente de la clasificación general con diez puntos de ventaja con respecto a Maverick Viñales, que pese a esta positiva situación no puede evitar la amarga sensación de no haber sido capaz de doblegar a un rival con menos experiencia en la categoría, que está enrolado en la escudería satélite de Yamaha (eso sí, con una moto de 2020) y con el que se encontrará a partir de 2021 en el box oficial de la fábrica japonesa.
La victoria de Quartararo y, sobre todo, la manera de lograrla, con un ritmo demoledor que le llevó a alcanzar los ocho segundos de ventaja en carrera, han hecho, además, que el galo adquiera los galones de favorito al título, siempre con el permiso del ausente Marc Márquez.
«He ganado dos veces y cuando él vuelva a pista querré hacer lo mismo. No tengo nada que demostrarle a él, ni él a mí. Es un ocho veces campeón del mundo, faltaría más», asumía Quartararo, que tiene ante sí el reto de ser campeón desde una estructura satélite, algo inédito en la era MotoGP (Valentino Rossi se llevó el último de los 500cc en el 2001 fuera del equipo oficial de Honda en el que estaban Alex Crivillé y Ukawa).
Errores
«Hay que ver en qué condiciones regresará en Brno, si podrá apretar al cien por cien o no. Esto marcará la diferencia. Marc ha cometido errores solo un año, después siempre ha estado en ventaja respecto a los otros. De hecho, si echas un ojo a su historial, cuando tiene un objetivo preciso comete menos errores que los demás. Creo que al final estará en la lucha por el título», razonaba Andrea Dovizioso, tercero de la general, y el piloto que más cerca ha estado de Márquez en las últimas temporadas.
El italiano empleaba dos factores a favor del español: la fiabilidad que ha alcanzado, con su demoledor 2019 como ejemplo más reciente, y los problemas que se han vislumbrado con el motor de Yamaha, cuyo alcance está por dilucidar. Aunque la gran cuestión que se abre ahora es la de entender cómo llega el campeón español a la próxima cita del calendario, el Gran Premio de la República Checa del fin de semana del 9 de agosto, que enlazará con los de Austria (16 de agosto) y Estiria (23 de agosto, en el mismo escenario que el anterior). Su estado marcará sus opciones, aunque el que debía ser un reto, el de remontar, pasará a tener un segundo componente, frenar a Quartararo. «Matemáticamente, siempre que haya opciones es posible», explicaba Márquez el sábado por la tarde, cuando ya era consciente de los dos ceros que van a lucir en su casillero en el inicio del tercer gran premio del año, y aún sin saber que Quartararo iba a contar con 50 puntos. «Trabajaré desde este sábado para llegar en las mejores condiciones a Brno, porque lo veo posible. Quedan muchas carreras por delante. Y si no se puede ganar, no se puede, pero por voluntad y esfuerzo no será».