«Podéis posar como queráis, pero no os mováis del sitio»

Nuria Guillermo / P. A.

DEPORTES

PAULA QUIROGA

Las mascarillas, los geles y la distancia social se convierten en la rutina de los campus estivales

15 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Un amplio número de niños participan cada año en los campus deportivos que se organizan a lo largo del período estival. Este verano, debido a la situación provocada por el covid-19, varios campamentos han tenido que ser cancelados, y los que finalmente sí se celebran han tenido que adaptarse al protocolo de prevención del virus.

«Este año hay bastantes diferencias con los anteriores. Ahora empezamos el día tomando la temperatura. Tenemos el campo dividido en cuatro partes, y en cada una de ellas hay un grupo reducido de 14 o 15 niños. Con cada uno de ellos está siempre el mismo monitor, y este lleva mascarilla», explica el exjugador del Deportivo Fran González, que cada año organiza uno de los campus celebrados en la ciudad herculina.

Además, cada niño permanece siempre con unos mismos compañeros, puesto que desde la organización han eliminado las actividades colaborativas entre los distintos grupos. Respecto a las meriendas y las botellas de agua, este año cada uno de ellos tiene que llevarlas de casa.

A pesar de lo excepcional de la situación, los niños disfrutan de las actividades deportivas como en ediciones anteriores de los campamentos, aparentemente adaptados a la nueva normalidad.

«Aunque podrían utilizarse los vestuarios, hemos decidido que no los usen, por prevención. En lugar de eso, hemos habilitado la grada. Marcamos una diferencia de tres asientos para que cada niño deje su mochila y su mascarilla», añade Fran.

En cuanto a las medidas de desinfección, los niños que participan en el campus se lavan las manos aproximadamente cada media hora, además de cuando llegan a la instalación. Los balones y otros materiales empleados en las actividades también se desinfectan con frecuencia con líquido hidroalcohólico.

Desde la organización del Campus Fran explican que, a pesar de tratarse de una situación excepcional, la incidencia de inscripciones no ha sido menor que en años anteriores.

«Hemos tenido que cerrar las inscripciones dos semanas antes porque ha habido demasiada demanda y se han cubierto todas las plazas. No hemos podido aceptar a todos los niños», afirma el organizador. «Ya en veranos anteriores teníamos el objetivo de no superar los 60 niños para buscar la excelencia del campus con grupos reducidos, por lo que en eso no hemos apreciado diferencias».

Desde los campamentos deportivos municipales de A Coruña el protocolo seguido es similar. Desde el ayuntamiento se establecieron requisitos previos para la inscripción a la actividad, tales como que los niños no hubiesen tenido contacto con ningún contagiado, y siguen una rutina diaria basada en las medidas de prevención que se han convertido en habituales.

«Les pedimos que traigan mascarilla y que, a poder ser, vengan con el pelo recogido para evitar que se toquen la cara. Además, hacemos controles de temperatura diarios y desinfectamos manos y pies con frecuencia. Los niños están siendo muy disciplinados», explica el concejal de deportes de A Coruña, Juan Ignacio Borrego Vázquez.

Canceladas las inscripciones desde otras comunidades

Otro campus habitual en el verano coruñés es el Hockey Coruña, que este año se ha visto obligado a reinventarse. «En años anteriores podíamos llegar a tener 80 niños separados en tres pabellones diferentes. Ahora solo podemos tener 25 niños en un pabellón, y no podemos jugar partidos grupales ni hacer actividades en conjunto», explica Pablo Cancela, uno de los organizadores del campamento.

Aunque también han tenido que reforzar las medidas sanitarias y que seguir el protocolo de controles de temperatura diarios, una de las principales diferencias respecto a años previos la encuentran en el lugar de procedencia de los niños inscritos. «Solemos tener mucha gente del País Vasco y de Madrid, pero este verano no han podido venir», por precaución.

Respecto a la reacción de los niños ante estos cambios, explica que desde la organización les recuerdan diariamente que tienen que mantener la distancia y que lavarse las manos con frecuencia. «Aún así, lo llevan bastante bien. Son muy educados y están concienciados», concluye.

«Los nuevos campamentos son un poco complicados, pero no imposibles»

En el Albergue de la Merced, en Santa Cruz de Oleiros, se reúnen durante estas semanas los niños inscritos en el Campus Milenium

, realizado desde hace 25 años por el Leyma Básquet Coruña. Desde la organización explican que tuvieron dudas a la hora de decidir si llevar a cabo el campamento, y que a la hora de desarrollarlo tomaron todas las medidas que consideraron necesarias para asegurar la seguridad.

Estas medidas forman parte ahora de la rutina que siguen los niños en los campus, incluso a la hora de sacar las fotografías grupales. «Podéis posar como queráis, pero no os mováis de vuestros sitios», fueron las palabras de uno de los organizadores, recordando a los niños que deben mantener la distancia social.

«Los nuevos campamentos son un poco complicados, pero no imposibles. En lo que antes tardabas cinco minutos ahora tardas diez, pero es mejor hacer las cosas con más calma y con más seguridad», explica Sergio Tomé, monitor del campus.