Jorge Prado: «Este año se me ha pasado volando»

DEPORTES

ALBERTO LÓPEZ

Apunta a la primera categoría a medio plazo. Mientras, pide otro Mundial y un año sin lesiones

30 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Jorge Prado (Lugo, 2001) es el niño prodigio del motociclismo español. En realidad, no tan niño. En el año 2018, creció de manera vertiginosa, a la velocidad de su KTM, para coronar uno de los hitos del deporte nacional, el Mundial de la categoría de MX2 de motocrós. Nunca antes nadie lo había logrado de ese modo. Es el mejor deportista gallego del año que ahora expira.

-La competencia por el reconocimiento era dura...

-Es que cada vez hay más gallegos logrando éxitos en la élite internacional de las diferentes disciplinas deportivas. De los tres españoles que hay en MX2, dos son gallegos. El porcentaje es alto.

-¿Cómo encaja ser el mejor deportista gallego del 2018?

-Lo valoro mucho. Vivo fuera de Galicia y el motocrós tampoco es una disciplina tan reconocida en la cultura deportiva española, y mucho menos en Galicia, aunque haya mucha afición. Además, hay atletas gallegos de altísimo nivel y estoy muy orgulloso de este reconocimiento. Tengo mucho vínculo con Galicia.

-¿Se imaginaba entrar en este tipo de elecciones cuando empezó?

-Por supuesto que no. Y hoy en día, solo el hecho de poder ser elegido ya es bastante.

-¿Qué ve si echa la vista atrás?

-Llevo una carrera deportiva bastante breve, todavía la estoy comenzando. Pero desde pequeño he experimentado una progresión que me ha reforzado a la hora de sacrificarme. Estar en el mejor equipo del mundo me ayudó a evolucionar. En el 2012 dimos un paso que influyó muchísimo en todo lo que vino después, la mudanza de toda la familia a Bélgica. Fue muy positivo poder aprender de los mejores cada día. Los títulos que fui consiguiendo, como el de 125 o este Mundial también quedarán para siempre en el recuerdo.

-No es un mal resumen, bien positivo, por otra parte.

-También tuvimos años muy duros, sobre todo los primeros en Bélgica, en todos los aspectos (la vida cotidiana, los resultados, las lesiones...), pero la verdad es que miramos hacia atrás y estamos satisfechos.

-¿En qué contexto enmarca este año 2018?

-Este año ha sido muy importante, trabajando con una nueva estructura dentro del equipo de siempre. Además, logré mi primer título en la élite, por así decirlo. Quizás no haya sido el año más importante, en comparación con el 2012 por lo ya explicado, pero sí el más destacado en cuanto a resultados.

-¿Cómo lo fue llevando?

-Ganar carreras no es difícil, pero pelear un título es muy complicado. Ser constante y la propia presión de tener que ser constante y no poder cometer fallos, teniendo que dar lo mejor de mí mismo cada día... eso sí es complicado. En realidad, es el primer año que pude comprobar que si pones toda la carne en el asador, llegan los resultados.

-¿Cómo vivió el año?

-Se me ha pasado muy rápido, volando.

-¿Con qué momento se queda?

-Recuerdo cuando a media temporada conseguí la placa roja, el liderato del campeonato en Loket, tras recortar la diferencia que tenía con Pauls Jonass. «Ahora empezamos otra vez, pero estoy yo por delante», me dije. Y ves la luz al final del túnel, y las posibilidades reales de ser campeón.

-¿Qué le pide al 2019?

-Me gustaría ganar otro Mundial, claro, pero no es fácil. Así que quiero seguir progresando, si es que no se puede ganar. Con todo, nuestra mirada se encuentra a medio plazo, en la primera categoría. Lo más importante es no lesionarse y acabar la temporada de una pieza.

-Pues ya lo va logrando...

-Bueno, esta temporada estuvo en el límite. Ya sufrí las mías en el pasado. Este deporte es muy complicado en lo relativo a las lesiones. Minimizarlas es lo más importante y lo más difícil.

-En conversaciones anteriores con La Voz comentó que usted es más duro, pero también que todavía se siente un niño. ¿Aprecia su crecimiento?

-Nos comparamos con gente que lleva tantos años compitiendo en el Mundial, y vemos que apenas tenemos experiencia (esta era mi segunda participación). Es normal que piense que me queda mucho.

-¿Siente que se pierde algo de su adolescencia?

-No siento que pierdo nada. Hago lo que más me gusta.

-¿Qué otros deportes le gustan?

-Pues para practicarlos, correr o andar en bici, que hago como entrenamiento. Por afición, el trial, pero no tengo tiempo. Y para ver por la tele, las carreras de motocrós de Estados Unidos... al final todo relacionado con el mío, je je je...

-También dijo que se pasa las 24 horas del día pensando en el motocrós. ¿Es la única manera de triunfar en la élite?

-A ver... está bien estar concentrado en el motocrós, pero desconectar es también muy importante. Es fácil quemarse.

-¿Qué afronta ahora en su futuro inmediato?

-Pues empezaremos en año entrenando duro en Cerdeña con el equipo y en enero, a modo de pretemporada, disputaremos las finales del campeonato internacional italiano.

-¿Mejorará la moto?

-Mejorar esa moto es complicado, porque ya es una máquina de lo mejor que hay. Pero trabajaremos en ello para intentarlo dentro de la medida en que se pueda.

-¿Mejorará Jorge Prado?

-Pues la verdad es que tengo mucho que mejorar en todos los aspectos, tanto físicamente como, digamos, dentro y fuera de la moto.

-¿Algún aspecto en particular que le dé más pereza trabajar?

-Pereza, ninguno. Lo que pasa es que no es un detalle concreto, es el conjunto de todo lo que hay que mejorar. Ese es el trabajo que hay que hacer.

-¿Y en el ámbito familiar, qué le pide al 2019?

-Bueno, es que me acuerdo bastante del año 2012 y lo complicado que fue para toda la familia. Este 2018 lo hemos pasado separados. Mi madre y mi hermana, viviendo en Bélgica y mi padre y yo, viviendo en Italia. Ahora, ver que este esfuerzo tiene su recompensa, reconforta a la hora de exigirse más. Dicho esto, lo que le pido al 2019 en el ámbito familiar es poder tener más tiempo para estar todos juntos. Estas Navidades las pasaremos en Bélgica.

-¿Algún deseo más, como guinda?

-Pues un año feliz en todos los aspectos, no solo en lo relacionado con el motociclismo. Y que el mundo en el que vivimos mejore en todos los ámbitos.