Ramón Juega Cuesta: «La felicidad inmensa de cruzar la meta compensa todo»

M.C.

DEPORTES

Ramón Juega Cuesta
Ramón Juega Cuesta Propia

Este coruñés, que completó los seis World Marathon Majors, es uno de los pocos gallegos que ha corrido las seis pruebas tras completar Boston el mes pasado

17 may 2018 . Actualizado a las 12:27 h.

Practicó deporte durante toda su vida, pero como él mismo confiesa fue en el año 2008 cuando «unos buenos amigos de la infancia, Pepe y Carlos, me animaron a trotar con ellos para empezar a hacer carreras de pequeña distancia. Me gustó y me sentaba fenomenal. De mejor humor y mucho más fuerte, física y, sobre todo, mentalmente». Diez años después de aquello, el mes pasado, el coruñés Ramón Juega Cuesta se ha convertido en uno de los pocos gallegos en completar los seis maratones que componen los World Marathon Majors (Nueva York, Londres, Chicago, Tokio, Berlín y Boston) tras recorrer los 42 kilómetros con 195 metros de la prueba celebrada en Boston el pasado 16 de abril. Atrás quedan años de esfuerzo que merecen la pena: «La sensación al cruzar la meta es indescriptible. Ese instante de felicidad inmensa compensa los duros entrenamientos y las constantes renuncias a la familia y amigos de los meses previos. Tengo la suerte de que siempre me acompaña Marian, mi mujer y apoyo constante. Además, siempre me está esperando con la bandera de España en algún punto estratégico y cerca de la meta, que atravieso con lágrimas en los ojos».

Hasta ahí llegó tras haber superado la distancia corta, cuando notó la necesidad de fijarse un nuevo reto: «La idea era hacer solo uno. Elegí el de Nueva York, en el 2014. No conocía la gran manzana y cumpliría un doble propósito». Aunque es una persona metódica y constante, para él fue fundamental ponerse en manos de un entrenador. Contactó con Andrés Díaz, «mi entrenador desde entonces y sin quien nada de esto hubiese podido conseguir».

Aunque la distancia de un maratón es la misma y el tiempo de preparación también (entre 3 y 4 meses), no hay ninguno igual. Para Ramón tampoco: «De Nueva York destacaría que es una fiesta, el acontecimiento deportivo más multitudinario del mundo con más de dos millones de personas animando. De Berlín, la impecable organización germana y lo llano del trazado. Es el maratón más rápido del mundo. El más exótico es el de Tokio. Sorprende el orden de los corredores y de la organización. Solo te animan si corres disfrazado. Desde el punto de vista arquitectónico, el más espectacular es Chicago. Londres es el que más cantidad recauda para entidades benéficas y eso lo hace muy especial».

Para completar los Majors optó por Boston porque «es el decano de los maratones (122 edición la del 2.018) y se nota. Es una carrera muy auténtica, con presencia tremenda en toda la ciudad que se vuelca con ella. Después del atentado del 2.013, mucho más. De ahí que luzcan con gran orgullo en lema Boston Strong. Admiro la importancia que los americanos le confieren a la cultura del esfuerzo en general y al deporte en particular. Te animan, felicitan y paran por la calle. Están orgullosos de ti. Agradecen que hagas grande su carrera y su patria con tu participación».

Boston fue la prueba más dura. «No sólo por la temible heart break hill, serie de cuestas entre los kilómetros 28 y 33, sino por las adveras condiciones climáticas. No puedo olvidar a mi amigo, excelente deportista y gran referente coruñés, Jose Antonio Savedra, que tuvo que abandonar por una lesión y de cuya experiencia y buen hacer aprendemos tantos corredores». Ahora está pensando en nuevos retos.