El cerebro porriñés de los Astros

míriam vázquez fraga VIGO / LA VOZ

DEPORTES

Lleva dos años trabajando en Estados Unidos en uno de los equipos de béisbol más importantes del mundo

26 abr 2018 . Actualizado a las 09:37 h.

El actual campeón de la Serie Mundial de Béisbol, el Astros de Houston, tiene entre los secretos de su éxito a un porriñés. Se llama José Fernández del Valle, nació en la parroquia de Atios en 1982 y lleva dos años trabajando como analista y científico en uno de los clubes más importantes del mundo de la disciplina. Es la última parada de un apasionado del deporte que se empezó a empapar de él en el Porriño Baloncesto Base, donde comenzó a jugar a los ocho años y donde luego entrenó durante doce. Siempre fue un técnico atípico.

«Me pasaba horas viendo entrenamientos y partidos en el pabellón y poco a poco me fui especializando en la preparación física», recuerda mencionando a los aún hoy técnicos del club Darío Méndez y Quique Dopico como quienes le brindaron sus primeras oportunidades. Luego cursó Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en Madrid mientras se aproximaba al que hoy es su campo. «Compaginé los estudios con trabajos como técnico, entrenador personal y preparador físico y el área que más me atraía era la de control y evaluación del rendimiento», revela. Luego vinieron la Premier de fútbol e incluso una breve etapa en China. Hasta llegar a donde está.

Fernández decidió viajar a Estados Unidos para visitar a algunos equipos de la NFL y la NBA y conocer cómo trabajan. Y se cruzó en su camino el anuncio de los Astros demandando un «científico del deporte con conocimientos de análisis». «La descripción del empleo se ajustaba mucho a mi perfil, por lo que, pese a no tener mucha idea de béisbol, decido enviar mi currículo», relata. Tras un proceso de selección que califica como duro, largo y exhaustivo, resultó elegido.

La labor que desarrolla se resume en tres parcelas, según expone. Su cometido es identificar las demandas de la competición y los aspectos que se deben trabajar para mejorar el rendimiento, diseñar junto a los entrenadores una estrategia a tal fin y establecer métodos de control y seguimiento para saber si el trabajo es adecuado y produce los efectos buscados. «Se trata de responder a preguntas como si el trabajo que hacemos produce mejoras; en caso afirmativo, si mejoran todos los jugadores o solo algunos, y qué podemos cambiar para evolucionar más». Lo hace mediante procesos de control y seguimiento que informen de cómo los jugadores van asimilando el trabajo realizado y el estrés de la competición.

Toda la información es analizada, procesada y transmitida a los técnicos. Luego, en colaboración con resto de departamentos -el suyo es unipersonal-, intentan «ajustar la estrategia de entrenamiento y/o recuperación en función de los objetivos individuales de cada jugador y el momento de la temporada», siempre partiendo de la complejidad de una competición en la que, subraya, todos los días hay partidos y viajes con condicionantes como la zona horaria. Disputan 162 compromisos de liga regular en 188 días, por lo que juegan casi a diario.

Cuenta el porriñés que su trabajo es aplicable a otras disciplinas, pero teniendo siempre en cuenta las particularidades a las que se enfrenta en cada una. «La clave es conocer las demandas del juego y, en base a eso, qué es lo que tus jugadores necesitan para poder rendir». Sobre esa base que ya ha aplicado cuando ha trabajado en clubes de baloncesto y fútbol, desarrolla «matices y ajustes específicos que en otros deportes hay que realizar de manera distinta».

Cuando se le plantea qué parte de los logros de los Astros le puede corresponder, responde que «una muy pequeña». «Solo ofrezco apoyo y consejos, pero las decisiones las toman los entrenadores y el éxito se debe a su labor y al talento y habilidad de los jugadores», defiende. Aunque él les ha dado un pequeño empujón, atribuye el éxito a «un mánager general que ha diseñado un proyecto en el que se combinan detección de talentos, formación de jugadores, establecimiento de prioridades en la gestión de recursos y áreas de mejora». Eso ha convertido al Astros en «una de las organizaciones más avanzadas del deporte profesional». Y Fernández ha encajado en ella como un guante.