La paz de Rafa, la huida de Stan

La Voz

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GABRIEL BOUYS | AFP

Sufrió la comparación con Federer, plantó a su familia y trazó una trayectoria antagónica a la del ejemplar Nadal

11 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La final de París enfrenta a dos jugadores absolutamente diferentes: en sus trayectorias, su estilo de vida y su forma de jugar. 

Entorno

Estabilidad frente a bandazos. Rafa Nadal nació y se crio en Manacor, con una familia muy unida, y un entorno muy cercano y estable. Stanislas Wawrinka, de origen polaco, nació en Suiza, hijo de alemán y suiza, con abuelos checoslovacos. A los 24 se casó con una presentadora de la TV suiza y, al tener un bebé, se fue de casa aduciendo que debía vivir solo, centrándose en el tenis para alcanzar sus metas. Fue tal el clamor popular de rechazo, que volvió a su casa, aunque 4 años más tarde acabaría separándose. 

Etapa de formación

Récords precoces e insatisfacción por las comparaciones. Sin ningún referente especial, Rafa fue marcando récords de precocidad, y sus éxitos en la ATP le evitaron la etapa de júnior. Stan, por el contrario, con una buena época júnior, creció lastrado por la comparación con Federer. Eso marcó su carácter. Entendía que, hiciese lo que hiciese, no era suficiente en la valoración de su país. 

Carrera profesional

Números incomparables. La trayectoria de Rafa no solo es excepcional en resultados, sino también por su longevidad en la élite. Jugando siempre al límite en sus etapas iniciales, y con importantes lesiones, siempre ha vuelto a recuperar su mejor nivel, como hace actualmente. En cambio Stan ha tenido una trayectoria mucho más discreta, irregular, y solo en épocas recientes, convencido por Magnus Norman de su potencial, ha sorprendido con sus mejores victorias pasasdos los 29. El oro olímpico en dobles con Roger, la Davis para Suiza, Montecarlo y siete victorias ATP parecen un discreto bagaje comparado con sus éxitos en grand slams: 3 finales jugadas, 3 finales ganadas.  

El recuerdo de Oerter

Recuperaciones imposibles, la forma óptima el día clave. Las dispares trayectorias de Nadal y Wawrinka pueden tener un nexo de unión en la de un cuádruple oro olímpico, el norteamericano Al Oerter, que ganó consecutivamente en los Juegos de Melbourne, Roma, Tokio y México en lanzamiento de disco. A los 20 años, Al no logró clasificarse en las pruebas de selección de su país. Una lesión de un compañero le permitió viajar a Melbourne (1956), donde dio la sorpresa ganando el oro. La temporada siguiente Oerter sufrió un gravísimo accidente de coche que casi le cuesta la vida y le obligó a estar mucho tiempo postrado. Se daba por seguro que no competiría en Roma (1960), pero se clasificó y ganó su segundo oro. Después tuvo una importante lesión en la espalda que le obligó a llevar permanentemente un aparato ortopédico. A pesar de ello se clasificó para Tokio (1964), donde días antes de la prueba se lesionó en el brazo. Los médicos desaconsejaron su participación, pero Al aguantó el dolor y participó. En el último lanzamiento se sacó el aparato ortopédico y consiguió su tercer oro consecutivo.

En México 1968, ya con 32 años se le daba por acabado. Su compatriota Silvester había conseguido unas marcas que parecían inalcanzables para el veterano Oerter. Sin embargo Al batió nuevamente su récord olímpico y ganó con más facilidad que nunca su cuarto oro seguido.

Rafa recuerda a Oerter en sus asombrosas recuperaciones tras importantes percances, para volver a competir al máximo nivel; y la de Wawrinka, en estar en la forma óptima, en el momento preciso en las pruebas más importantes. 

El pulso de esta tarde

Claro favoritismo, con matices por el juego del rival. Rafa parte hoy como claro favorito. Está pletórico de forma en todos los aspectos. Descansado, con confianza y con todos sus golpes funcionando. Sabe perfectamente como jugarle al suizo, moviéndolo, tratando de que no coja la iniciativa y que no golpee cómodo. Stan es de los pocos jugadores que no le tienen miedo al español, y sabe que cuando su arsenal de golpes ganadores funciona, pocos rivales son capaces de aguantar su ritmo. La de esta tarde no solo es una final atractiva, sino también histórica: Rafa puede ganar su décimo Roland Garros y Stan ansía su cuarto grand slam, con lo que mantendría un pleno de efectividad en finales jugadas y ganadas. Sin duda, un gran espectáculo.