El rival de Rafa, talento e inestabilidad

Fernando Rey Tapias LA PIZARRA

DEPORTES

27 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El rival de Nadal en la semifinal siempre fue considerado un niño prodigio del tenis. Ganó el campeonato de Europa sub-14, el del mundo (Orange Bowl) sub-16, y en su etapa júnior logró Wimbledon y el US Open. Entrenado inicialmente por su padre, estuvo en la Academia de Emilio Sánchez Vicario con Pato Álvarez. Luego con Peter Lundgren y Peter McNamara, antes de recalar en la escuela francesa de Patrick Mouratoglou. Tras un cambio en la academia sueca de Norman, Kulti y Tillstron, comenzó en el 2013 con Roger Rasheed (ex de Hewitt y Monfils), con el que consiguió sus mejores resultados en el 2014, año en que alcanzó las semifinales en Wimbledon, ganó en Queen’s y logró entrar en el top ten. En el 2015 viaja con Franco Davin y el pasado año eligió al venezolano Daniel Vallverdú.

Ante tanto cambio de entrenador es fácil pensar que la estabilidad no es una de las características del búlgaro Grigor Dimitrov. Con condiciones extraordinarias y un estilo muy parecido a Federer (le llaman Baby Fed), esa inestabilidad y el ser el centro de atención del público y de los medios (llamado a disputar los grandes y a relevar a los mejores) no le ayudaron. Con Rafa jugó ocho veces (7/1 para el español), pero la única derrota de Nadal se produjo en Pekín 2016, y el único duelo en Australia 2014 terminó con triunfo español en cuatro sets.

Desde que entrena con Vallverdú ha ganado confianza. Como decía Goffin después de perder con él en cuartos, «su principal mejora está en su cabeza». Dotado de tantas habilidades técnicas y con tanta variedad, Dimitrov ofrecía jugadas y golpes excepcionales, pero sin regularidad. Vallverdú ha ordenado su juego. Respeta un patrón acorde a sus mejores golpes y sabe qué hacer en cada momento, con genialidades solo en casos extremos. El plan funciona y los resultados lo avalan. Los éxitos de los jóvenes que vienen detrás seguro que también han influido en despertar su amor propio.

A Nadal en principio no le van mal las características de Grigor. Por mucho que haya mejorado su mentalidad, Rafa sabe que es una característica trabajada, que le cuesta sostener. Además, el mallorquín prefiere rivales de revés a una sola mano, algo que le añade confianza, cuando ya llega pletórico de moral. Con la misma humildad de siempre, pero con mas ilusión que nunca.