Simone Biles ya es un icono

DEPORTES

TOSHIFUMI KITAMURA | AFP

La gimnasta, que no ha tocado techo, se ha convertido en una celebridad con sus cinco medallas

18 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Simone Biles llegó a Río siendo una desconocida para el común de los mortales y se marchó de regreso a Estados Unidos con cinco medallas -cuatro de oro y una de bronce- al cuello y convertida en todo un icono. La portada de la revista Sports Illustrated, en la que posa junto a Michael Phelps y Katie Ledecky, lo confirma. Ya es una más en el Olimpo. 

Con sus 19 años, su 1,45 metros de estatura y una sonrisa perenne en el rostro, Biles estaba llamada a ser una de las protagonistas de Río. Tres títulos mundiales consecutivos la habían aupado a lo más alto, pero quedaba confirmarlo con el éxito olímpico. Desde la primera jornada firmó puntuaciones brillantes en salto, barra de equilibrios, suelo y en el concurso general, y solo las paralelas se le resistieron.

Abrió la lata con el título por equipos y lo demás vino solo. Oro en salto, oro en suelo, oro en el concurso general y bronce en la barra. «Tuvo un fallo gordo en la final. Se quedó corta en un mortal adelante y tuvo que poner las manos delante. Aun así, le dio para estar en el podio», destaca el entrenador de gimnasia Alfonso García. Y es que aunque Biles está uno o dos puntos por encima de sus rivales, también es humana.

La expectación que la gimnasta ha generado le ha llevado, junto a sus compañeras del equipo femenino estadounidense de artística, a aparecer hasta en las cajas de una conocida marca de cereales. Su figura, hasta hace poco limitada al universo de su disciplina, se ha encumbrado en el escaparate de los Juegos, y si la necesidad de descansar no la detiene, la espera una gira por algunas ciudades estadounidenses junto a sus compañeras. Porque Biles, además de deportista, ya es toda una celebridad.

Alcanzar ese estatus, con el reconocimiento de los especialistas y el gran público, ha sido fruto de años de trabajo y entrega. Y ahora queda por desentrañar hacia dónde camina su futuro.

«Va sobrada. En Río se ha visto que puede hacer más, pero posiblemente su entrenadora le dirá que con los ejercicios que hace le llegan para ganar», detalla García. «La he visto hacer cosas que no ha sacado en competición, elementos que incluso no están en el código; hay una serie de suelo que es doble mortal con doble pirueta que lo ha hecho bien entrenando de salida de barra de equilibrio», agrega.

«Tiene bastante margen de mejora, sobre todo en los aparatos en que bota. En los que tiene batida no parece que esté ni cansada ni limitada. Va muy alta y puede hacer aun más cosas», razona la profesora de la Universidad de León y entrenadora de gimnasia Elisa Estapé.

Biles, que ya ha acuñado su propio elemento en suelo - «es un doble mortal extendido, haciendo en el segundo mortal un giro antes de caer», señala García-, está en disposición de aumentar su leyenda introduciendo nuevos elementos en otros aparatos y puede seguir marcando la pauta en la disciplina. Si las lesiones la respetan y su interés y hambre se mantienen firmes, puede seguir escribiendo páginas en la historia de la gimnasia. Por lo de pronto, «que los niños jueguen diciendo que son Biles» ya demuestra que la estadounidense es todo un icono.