Hay pocos calificativos elogiosos que no se hayan dicho o escrito de Rafa Nadal, pero en Río, el balear ha asumido una responsabilidad, que se escapa a la lógica en un jugador que viene de una complicada lesión y mas de dos meses de inactividad. El competir en las tres pruebas, individual, dobles y mixtos, representando a tu país en una competición sin días de descanso refleja muy bien la personalidad del español y lo justificada que está la admiración y el revuelo que despierta su presencia en la villa olímpica.
En individual ya está en cuartos de final tras eliminar consecutivamente a Delbonis, Seppi y Simón. No lo ha hecho con brillantez, pero si con la eficacia de sus mejores tiempos. Con la humildad suficiente para sufrir en muchos momentos de sus partidos, y con la fortaleza mental y decisión para resolverlos.
La lesión en la muñeca ha supuesto variaciones en su juego: el ser más agresivo de revés, y no buscar tanto los golpes de drive donde aun le falta confianza sobre todo cuando le viene rápida la bola. Esta mayor agresividad también significa cometer un mayor número de errores no forzados, pero ha asumido que en la situación actual esta táctica es beneficiosa para él.
La aceptación del resto de deportistas también se ha extendido a los aficionados brasileños que lo han animado como a uno de los suyos, Esto no sucederá en el partido de cuartos en el que tendrá en frente al carioca Bellucci, un jugador con el que nunca ha perdido Rafa pero muy peligroso. La irregularidad ha sido el mayor hándicap del brasileño, pero su victoria sobre un jugador en plena forma como Goffin confirma su buen momento de forma. Buen momento de forma también el de Roberto Bautista que sin hacer ruido, casi a escondidas, se ha hecho un hueco entre los ocho mejores y buscará un puesto en las semifinales frente al renacido Del Potro, que tras la gran sorpresa ante Djokovic, va sacando adelante sus partidos cediendo sets ante rivales de menor entidad. Si los dos españoles ganan sus partidos se enfrentarían en la semifinal de la parte alta del cuadro, mientras que Murray y Nishikori parecen a priori los favoritos a disputar la otra semifinal.
Extraordinario en dobles
En un extraordinario partido, Rafa Nadal junto a Marc López consiguieron doblegar a los canadienses Pospisil y Néstor por un doble 7/6. Los españoles tuvieron una clara ocasión para acabar antes la confrontación, ya que desperdiciaron una pelota de partido con 5-4 y una situación muy favorable en la red. Por lo demás, enormemente meritoria la victoria de la pareja española ante el veterano Néstor, el jugador con mejor palmarés como doblista de la historia del tenis al que no le falta ni una sola competición importante por ganar, y Pospisil, el mas joven de los cuatro y con muy buenos resultados tanto en individuales como por parejas.
La verdad es que da gusto ver como se compenetran Rafa y Marc. Su amistad de fuera de la pista se convierte en complicidad dentro de ella. Rafa consistente, Marc todo vivacidad. A ambos se les nota que están disfrutando sobre la pista. Su armonía y equilibrio superaron a un siempre peligroso Néstor y a un Pospisil menos resolutivo y un punto por debajo del nivel de los otros tres jugadores en pista. Ahora les esperan en la final los rumanos, una pareja de especialistas que ganaron a los norteamericanos Jhonson y Sock.
El mixto, la gran incógnita
A diferencia del doble, en el que juega con un amigo con el que ya ha disputado varios torneos, y con el que ha compartido muchas horas de entrenamiento, la presencia de Rafa con Garbiñe en el mixto ya es mas cuestionable. Jugar un tercer partido en un mismo día, en una disciplina diferente en la forma de jugar como es el mixto, sin compenetración de torneos anteriores con tu pareja y sabiendo que el día siguiente tienes que estar a punto puede no ser lo mas conveniente.
Si a ello le añadimos la irregularidad y falta de confianza que ha mostrado Muguruza en su actuación individual las dudas crecen. Sin embargo, si Rafa y su equipo han aceptado esta decisión, es que confían en su capacidad física y mental para afrontar las tres pruebas a la vez. El campeón español ha superado una y otra vez los retos a los que sus contrarios y las lesiones le han exigido para llegar a lo más alto, a la cima. Río es uno más en su admirable trayectoria.