La mujer que cambió el rumbo del bádminton

Rodrigo Sanjurjo TRIBUNA

DEPORTES

12 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Carolina Marín basa su fortaleza en una cabeza prodigiosa y un talento y un físico extraordinarios. Es una gran competidora que viene de una familia humilde. Con trece años se fue a trabajar a la Blume, y con la llegada de Fernando Rivas, un técnico que ha revolucionado los sistemas de entrenamiento, su rendimiento se disparó. En ella se conjuga todo: Tenemos el talento, tenemos la cabeza y tenemos los medios, tanto técnicos como de infraestructuras, para alcanzar el éxito. Es un diamante que se ha pulido de la mano de Fernando Rivas y de la Federación en unas instalaciones casi exclusivas.

Con Carolina, el bádminton ha evolucionado a nivel mundial. Trabaja con un sistema creado por Rivas que están copiando internacionalmente. Aplica todos los medios que tiene a su disposición y la tecnología al bádminton. Ha evolucionado las técnica y los sistemas, por ejemplo, entrena en hipoxia, algo que antes no se hacía.

El tradicional dominio asiático se ha roto de la mano de Carolina en parte porque su entrenador diseñó un sistema para contrarrestar a sus rivales y porque prepara cada campeonato de manera diferente. Ha estado entrenando para la Olimpiada una forma de juego distinta a la que exhibió en otros campeonatos. Cambia desde la intensidad a los tipos de golpeo para que nadie sepa cómo va a jugar. Ella ahora es la referencia y si gana los Juegos puede ser la mejor jugadora de bádminton de la historia. Sin duda, lo que ha dado Carolina al bádminton no lo ha dado nadie.

Si algo la define es que tiene una ambición y una capacidad de esfuerzo enormes y su cuerpo es capaz de absorber todo el entrenamiento de una manera increíble. Tiene una capacidad de sufrimiento extraordinaria, y de cara a Río ella misma ha dicho que nunca había entrenado tanto. Sin duda, el oro es su objetivo.

Rodrigo Sanjurjo es presidente de la Federación Galega de Bádminton.