Jamie Vardy: Alergia al gimnasio y una curiosa dieta

La Voz REDACCIÓN

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PAUL ELLIS | Afp

El futbolista inglés revelación de su selección y la Premier se mantiene fiel a unos hábitos cuanto menos poco corrientes

18 jun 2016 . Actualizado a las 12:56 h.

Jamie Vardy es un ídolo en Inglaterra. No sólo por su rol de goleador en el Leicester que sorprendió a todo el mundo ganando la Premier League. Tampoco por su gran debut en la Eurocopa 2016, marcando a los 11 minutos de entrar en el campo en el partido contra Gales, un tanto que rescató a su equipo y probablemente le dé la titularidad en el siguiente choque. Vardy ha conquistado los corazones de los aficionados ingleses por su imagen de chico de barrio, sencillo, fácilmente identificable con un poblador de las gradas de cualquier estadio.

Y la revelación sobre su alergia al gimnasio y su curiosa dieta antes de entrar en la sala de ejercicios no hace más que reforzar esa imagen. Vardie fue fotografiado en la concentración de la selección inglesa camino de la sesión de trabajo con una lata de Red Bull en una mano y una caja de tabaco de mascar en otra. En una época de suplementos de proteínas y carbohidratos para antes de cada visita al gimnasio, el goleador de 29 años opta por una combinación que, según él, lleva mucho tiempo usando. Y le ha funcionado.

No importa el altísimo contenido en azúcares del famoso refresco energético ni los miligramos de nicotina que contiene la bolita de tabaco que puede mascar durante horas. «La última vez que hice algún tipo de levantamiento de peso fue con una lata de Red Bull el otro día», reconoció con un total sinceridad Vardy ante la prensa. El goleador del Leicester asegura que no hace ningún tipo de trabajo en el gimnasio: «Si hago pesas, me hará más lento. Cada persona es diferente. Muchos entrenadores han intentado que fuera al gimnasio y no han tenido éxito».

Lejos quedan los tiempos en el fútbol inglés en el que los entrenadores y seleccionadores luchaban con fuerza contra la cultura de la cerveza en el vestuario. Vardy no va tan lejos, por muy sorprendente que sea ver a un profesional llegar a una sesión de entrenamiento con una bomba de azúcar, cafeína y una dosis de nicotina en las manos. Se lo puede permitir con un porcentaje de grasa medido en un 6 %.