Los jugadores del Celta y el Dépor han participado en citas de alta tensión por toda Europa y Sudamérica
30 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Pochettino nunca le dio demasiada bola a Pletikosa. El argentino arrinconó en el banquillo al internacional croata, que solo abandonó la suplencia para subir a la grada o jugar un derbi. El único partido de Stipe en el Tottenham fue un clásico londinense, para el que un nuevo rico como el Chelsea no gasta suficiente solera. Los spurs se midieron al Arsenal en la tercera ronda de la Carling Cup con chico nuevo bajo palos. Como compensación al ostracismo previo, el partido se alargó hasta los 120 minutos para hacer sitio a una prórroga en la que los de Wenger sellaron su pase (1-4). Derrota en un encuentro de máxima rivalidad. Nada que no hubiera probado ya el veterano meta, que en su larga y exitosa trayectoria ha tomado parte en duelos de alta tensión regional en Croacia, Rusia y Ucrania. Del derbi del Adriático (cuando el Hajduk era el único equipo con peso en Split) al de Moscú, previa parada en Donetsk. 19 citas con picante en cuatro países antes de cumplir los 37. Ejemplo de experto en riñas vecinales.
Bagaje que no debe envidiar uno de sus actuales compañeros de plantel; mucho más joven, pero igual de bregado en choques en los que la proximidad solo produce antipatía. Sidnei cayó dos veces con el Internacional ante el Gremio, el gran rival de Porto Alegre; y ya en Europa defendió en seis ocasiones al Benfica frente al Sporting (incluyendo un partido entre filiales cuando Jorge Jesús lo mandó castigado al B) antes de girar cedido por Estambul, Barcelona y A Coruña. Trece derbis en cinco destinos distintos acumula el central del Dépor.
Mismo número de plazas (17 encuentros en total) ha pisado un colega de profesión que este sábado vestirá de celeste. Cabral disfrutó a pie de césped los dos grandes clásicos argentinos (Racing ? Independiente y River Boca) para probar después en Guadalajara, sirviendo al Tecos mexicano. Allí el derbi de Zapopán, frente al Atlas, es un duelo menor; casi tanto como el Levante ? Valencia comparado con la gran contienda gallega, de cuya intensidad pudo dar fe el defensa del Celta mediante la primera expulsión de su carrera en España.
Citas únicas
La resurrección de Glasgow. No está menos viajado que sus compañeros, pero a Guidetti le han faltado oportunidades para medir fuerzas con el vecino en el Manchester City (United) o el Burnley (Blackburn Rovers). Sí la tuvo sin embargo durante su año en Escocia, donde pudo ser además testigo de una resurrección. La gravísima crisis económica del Rangers y su descenso a la cuarta categoría amenazaba con demorar durante lustros una nueva edición del Old Firm, el que quizá sea el derbi por excelencia. Sin embargo, en febrero del 2015, el club protestante alcanzó inesperadamente las semifinales de Copa y allí se citó con el Celtic frente a 51.000 espectadores. El conjunto de Primera venció 2-0 con Guidetti en el campo durante los últimos 22 minutos. El sueco ya había participado en Holanda en un duelo de rivalidad local. A falta del Sparta, en horas bajas, el adversario del Feyenoord fue el Excelsior y frente a ellos marcó el delantero su último gol para el conjunto de Rotterdam.
Goles de despedida
Un derbi para dejar huella. Otro que se despidió mojando en una cita íntima fue Lucas Pérez, que salió del Karpaty tras marcarle al Volyn en el duelo entre grandes del oeste de Ucrania. El coruñés se apuntó a la receta del gol contra la tensión y antes de anotar ante el Celta hizo lo propio frente al Aris. En su primer derbi de Salónica, el PAOK perdía cuando Lucas salió del banquillo para encarrilar la remontada cuatro minutos después.
Pablo Hernández supo sumarse en su momento a los adioses a lo grande. Cruzó el charco justo después de hacer diana para O?Higgins en una de las muchas versiones del Clásico Huaso, con el Rangers de Talca como víctima. Sin salir de Sudamérica ya había tomado parte en derbis en Argentina y Uruguay.
En territorio Charrúa cimentó su fama (y su contrato con el Benfica) Jonathan Rodríguez, que alcanzó su momento de gloria en el partido más importante del campeonato. El que enfrenta en Montevideo a Peñarol y Nacional. Con el primer doblete en su carrera profesional, el cabecita selló la victoria aurinegra.
Encuentros con poso
El peso de la herencia. Celso Borges escribió en Suecia su nombre en la lista de quienes han dejado huella en encuentros entre vecinos mal avenidos. Durante su primer año en Estocolmo anotó para el AIK frente al Djurgarden. Llegaba sobrado de galones para ese tipo de partidos después de varias temporadas en la liga costarricense. El formato del campeonato le deparó numerosos duelos con el Alajuelense defendiendo los colores del Saprissa. Un derbi de alta tensión al que llegó casi por cuestión genética. Su padre, el mítico Guima para los ticos, falló un penalti decisivo en el clásico del 91, con ambos equipos jugándose el torneo.
Sin salir de casa
Rivalidad a la francesa. Hay también en los planteles de Celta y Dépor quienes no han necesitado moverse mucho para ir acumulando intensas experiencias de todo tipo. Es el caso de Beauvue, que en su rodar por Francia ha vivido partidos de gran rivalidad regional con el Lyon (disputa con el Saint Ettiene el gran derbi galo), el Bastia (derbi del Mediterráneo frente al Niza) o el Guingamp (derbis de Bretaña contra el Stade Rennais y el Lorient). Incluso estando en Segunda disputó el derbi de las Ardenas, entre el Troyes y el Sedan. Por los coruñeses, Fayçal Fajr marcó para el Caen en una de las ediciones del derbi de Normandía que lo enfrentó al Le Havre.
Y entre quienes llegaron bregados de casa, cuentan los vigueses con otro chileno (este de cuna) que sabe bastante de partidos de especial rivalidad. Orellana participó en un buen puñado de clásicos de las Colonias. Duelos entre equipos que representan las distintas procedencias de los habitantes de la capital. Un curioso ejemplo de disputa vecinal que sumar a los muchos acumulados entre los próximos protagonista del gran derbi gallego.