Juego de equilibrios

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa EL PERISCOPIO

DEPORTES

08 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Equilibrio. La asignatura pendiente del Real Madrid. Porque al fútbol se juega con y sin balón. Lo deslizaba Carlo Ancelotti sin hacer ruido. El italiano supo ganarse el afecto del vestuario, pero no encontró la fórmula para que Bale, Benzema y Cristiano interiorizasen el sacrificio defensivo.

Por eso vino Rafa Benítez, para darle más consistencia a la contención blanca. Fue como cambiar un químico por un matemático. Se preocupó tanto por la geometría y las estadísticas que se olvidó de las combinaciones y la psicología. El fútbol es una ecuación en la que no basta con los teoremas para despejar incógnitas. Y con los jugadores pasa como con los funcionarios en la política, siempre es mejor tenerlos al lado que enfrente.

Ahora es el turno de Zinedine Zidane. Como Ancelotti, parece haber conectado bien con sus discípulos. Como Benítez, les recuerda que hay que correr, aunque su mensaje suene con otra música. El francés busca ese equilibrio tan anhelado y tan esquivo en un colectivo con una difícil configuración. Porque no basta solo con avanzar. También hay que saber retroceder.

El fútbol del francés llega bien al paladar blanco, porque busca. Ni espera ni especula. Sin embargo, está saliendo bien parado de las escaramuzas y no tanto de las batallas de cierta enjundia. Por eso se juega esta noche algo más que la clasificación para cuartos de final. Necesita visar el pasaporte y encontrar un formato que aleje sospechas. La fórmula la dio Arsenio: orden y talento. Tan sencilla como difícil es poner concierto en el entramado blanco.