Piqué no perdona y llora de la risa con la alineación indebida del Real Madrid

La Voz REDACCIÓN

DEPORTES

Sergio Perez | REUTERS

El defensa azulgrana volvió a meter el dedo en la llaga tras el último ridículo del club presidido por Florentino Pérez

03 dic 2015 . Actualizado a las 13:17 h.

«Contigo empezó todo». Con tan solo estas tres palabras en honor al reggaetonero Kevin Roldán el defensa del FC Barcelona Gerard Piqué le mandó un buen recado al madridismo en la celebración del triplete azulgrana del pasado curso. 

En la última temporada de Ancelotti al frente del banquillo del Real Madrid (2013-2014) el equipo merengue sumó tres puntos escandalosos en el Martínez Valero. Un incomprensible penalti señalado en el descuento tras un enganchón entre el jugador local Carlos Sánchez y el visitante Pepe acabó decidiendo la victoria del club de Florentino Pérez. Piqué, que estaba viendo el partido en casa, tampoco se quedó callado. «Viendo una película de humor por Canal + Liga... Siempre va bien a estas horas de la noche». «No tenemos a Bankia», también lamentó en su día, en relación a la política de fichajes del club presidido por Florentino Pérez. 

El defensa internacional con España jamás ha ocultado su antimadridismo. Cuando el Barça de Guardiola le endosó cinco goles en el Camp Nou en Liga al Madrid de Mourinho no dudó en sacar la manita. El pasado fin de semana, en la visita de su equipo al Bernabéu, buscó sin disimulo en el tramo final del partido el quinto gol de su equipo para firmar una nueva manita incorporándose al ataque como si su equipo estuviese perdiendo. En su día llegó a asegurar en rueda de prensa que los pitos en el Bernabéu dirigidos hacia su persona sonaban en sus oídos como si se tratase de la más bella sinfonía. «Quiero que el Madrid pierda siempre. Siempre», garantizó en rueda de prensa. Piqué jamás se ha mordido la lengua. Tampoco lo hizo ayer. Tras conocer la alineación indebida del Real Madrid en el partido de Copa en su visita al Ramón de Carranza el defensa catalán aprovechó para meter el dedo en la llaga. Utilizó su cuenta de Twitter. Y en este caso no utilizó ni una palabra. Simplemente un emoticono: el de llorar de risa. Todos sabían de lo que se trataba.

Su mensaje fue retuiteado por más de 82.000 personas y marcado con un me gusta por más de 53.000. Por supuesto, también recibió multitud de críticas.