El que se queda tirado es el Madrid

Xosé R. Castro FONDO NORTE

DEPORTES

12 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Florentino Pérez justificó su esperpéntica actuación en el frustrado fichaje de David de Gea por el Real Madrid argumentando que no podían dejar tirado al portero después del «esfuerzo» del excolchonero por vestir de blanco. Ahora el tirado es él, después de haber provocado un lío monumental con los dos porterazos que ya tenía el conjunto blanco, especialmente con Keylor Navas, y que ve cómo ahora incluso se queda sin la opción de fichar a coste cero al guardameta madrileño el próximo 30 de junio tras su renovación con el Manchester United.

Es el peaje a una veleidad más de Florentino, víctima de su propia voracidad en materia de fichajes más allá de las necesidades de una plantilla sobrada de casi todo, portería incluida.

El portero tirado ha hecho la jugada redonda. Se queda aclamado por los fans del United, con galones de titular indiscutible y cobrando más millones, incluso, que los que le prometía Florentino para deslumbrarle con el glamur de la casa blanca.

El problema, como en bastantes ocasiones pretéritas, es que un presidente ejerza de director deportivo y decida los fichajes en función de sus apetencias. Si el Real Madrid había vivido un culebrón con la portería desde los tiempos de Mourinho, la salida de Casillas parecía el momento ideal para dar sosiego y un voto de confianza a dos porteros excepcionales. Un puesto tan peculiar como determinante no puede vivir en la sospecha permanente, y este Madrid es una fábrica de quemar arqueros.

En su mundo particular, el presidente del Real Madrid también tachó de inexpertos a la cúpula directiva del Manchester para justificar que el acuerdo de compra no se hizo por un mísero minuto al cierre de mercado. Un aldabonazo más del ser superior (según Butragueño). Pero los pardillos lejos de perder a la joya de la plantilla lo han atado por cuatro años y un quinto opcional e incluso le han doblado un par de millones el órdago de Florentino. Quizás para dejar claro que en el planeta fútbol, en el top europeo, el señor Pérez no es el único millonario.

Sería de ilusos pensar que tras el abrupto fin del culebrón De Gea el presidente haya aprendido la lección (los precedentes dicen lo contrario) pero el punto y final acarrea una espléndida noticia al Real Madrid. Keylor Navas podrá demostrar su nivel desde la tranquilidad, sin la amenaza de la caducidad encima, y Kiko Casilla competir con argumentos convincentes para ser la alternativa. Siempre que a su señoría no se le meta otro portero que cueste muchos millones en la cabeza.