Iker Casillas ya es jugador del Oporto

Ignacio Tylko MADRID / COLPISA

DEPORTES

BENITO ORDOÑEZ

El Madrid no quería asumir el riesgo fiscal español pero al final accedió a ello

11 jul 2015 . Actualizado a las 23:02 h.

Iker Casillas ya es jugador del Oporto. El Real Madrid ha hecho oficial en su página web el traspaso del portero al club portugués, después de días de tira y afloja para acordar los términos económicos de la operación. «Para el Real Madrid hoy es un día, ante todo y sobre todo, de agradecimiento y reconocimiento. No se va uno de los mejores porteros de nuestro club. Hoy deja este equipo e inicia una nueva etapa futbolística el mejor guardameta de la historia del Real Madrid y de la historia del fútbol español», afirma el texto del Madrid. Casillas deja el club de toda su vida después de haber jugado 725 partidos en 16 temporadas en el primer equipo, con el que ganó 19 títulos.

Se pone fin así al culebrón de la portería del club blanco. Desde que el pasado 9 de mayo, durante un partido entre el Real Madrid y el Valencia en el Santiago Bernabéu, Iker Casillas explotó y gritó un expresivo «¡a tomar por c... ya!», harto de los silbidos que le dirigía un amplio sector de la afición desde la grada, el adiós del portero mostoleño estaba más que cantado. Su marcha era un secreto a voces, el mejor remedio para una crisis ya sin retorno, aunque tanto el capitán merengue como el club insistían en que seguirían unidos. Era más una pose que pura convicción.

Públicamente, Casillas defendía sin ambages la postura de quedarse. «Me quedan dos años de contrato, llevo 16 en el primer equipo, soy madridista y no concibo estar fuera». Desde el Real Madrid se manifestaba que Iker era un emblema y que seguiría en su club de siempre mientras él quisiera. Aparentemente, tanto el guardameta como el presidente, Florentino Pérez, no mostraban signos de ruptura.

El oficialismo decía una cosa pero las filtraciones se dirigían en dirección contraria. Primero, se dio casi por hecho que Casillas ficharía por el Arsenal. Más tarde, se habló con fuerza del Tottenham y sobre todo de la Roma. Incluso, el representante del portero, Carlos Cutropía, se sintió halagado por el interés del club italiano. También salió a relucir un supuesto interés del Valencia.

Sin embargo, tanto desde el club levantino como desde el romano se desmintieron esas informaciones y se aclaró que fue el entorno de Casillas el que les ofreció al portero. Surgió al fin la opción del Oporto, un equipo de clase media alta en Europa. Desde el pasado miércoles, su salida se dio por hecha, a falta solo de la confirmación oficial. Pero el jueves surgieron serios problemas. Por la tarde, Casillas se presentó por sorpresa en Valdebebas, se dio un medio abrazo desganado con Florentino Pérez, con el que se encontró camino del vestuario y al que, de forma fría, le preguntó por sus vacaciones; y escuchó la primera charla del nuevo técnico Rafa Benítez. La fiscalidad y las comisiones de los representantes, dificultaban en gran medida la operación. El viernes, Casillas volvió a la Ciudad Deportiva. Tocaba reconocimiento médico y primer entrenamiento del Real Madrid.

Pero el guardameta abandonó enseguida las instalaciones para retomar las negociaciones con el Oporto. Todas las partes izaban la bandera blanca. Pero seguía sin haber anuncio oficial del cacareado y esperado adiós de Casillas.

Primera despedida frustrada

El sábado, Iker se presentó a las diez y media de la mañana en Valdebebas. Se trataba de recoger sus pertenencias del vestuario y despedirse de sus compañeros antes de que iniciaran un entrenamiento en el que no tomó parte el mostoleño. Se marchó una hora después en su vehículo con gesto serio y sin hablar. A primera hora de la tarde, se daba por seguro que en breve comparecería ante los periodistas para oficializar su marcha. La Cope, sin embargo informaba de un frenazo en las negociaciones porque el Real Madrid no estaba dispuesto a asumir ciertos riesgos fiscales sin concretar.

Las horas pasaron y limaron asperezas. Al final, el Real Madrid se aviene a hacerse cargo de los impuestos y accede a las peticiones de Casillas, lo que implica que las cifras que no podía alcanzar el Oporto serán ahora a cargo de las cuentas del Real Madrid.

Tras ganar 10 grandes títulos con el Real Madrid, disfrutar de su condición de ídolo primero y sufrir la de villano desde un enfrentamiento con José Mourinho que se trasladó a la grada de Chamartín, se marchará liberado al Oporto. Firmará por dos temporadas, con opción a una tercera a razón de cinco millones de euros por campaña. Además, cobrará íntegro su contrato, que asciende a cerca de 15 millones brutos por dos años, y tiene opción a una tercera campaña si juega un mínimo de 30 partidos.

El gran reto de Iker Casillas es ahora poder llegar como titular a la Eurocopa de Francia y retirarse de la selección alzando el título en París.