El pájaro se irá, ¿pero por qué se queda hasta las próximas elecciones?

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo EL DERBI

DEPORTES

03 jun 2015 . Actualizado a las 09:19 h.

Blatter ha anunciado su adiós a la FIFA. Enfangado en la ciénaga de la corrupción en la que él la convirtió, se irá. No quería, pero se irá. Porque si tuviera pensada su marcha no se habría presentado a la reelección ni peleado hasta el último segundo por seguir al frente de esa máquina de hacer dinero que es la FIFA.

Pero Blatter es tan cínico que camufla su adiós tras una especie de martirio por la regeneración del fútbol. Incluso dice (ahora que se va) que habría que limitar el número de mandatos de los presidentes.

La noticia de su renuncia es magnífica en cualquier caso y pase lo que pase a partir de ahora, porque el fútbol se libra de uno de los exponentes más claros de su lado oscuro.

¿Por qué se va si no quería? Parece obvio que porque la suciedad le llegaba hasta el cuello. Sobre todo después de que ya fuera salpicado su secretario general Jerome Vlacke, su mano derecha. La presión sobre su figura se tornó insoportable, con países como Alemania, Reino Unido y Estados Unidos disparando sus cañones. Por mucho que Putin le defendiera, sus enemigos eran demasiado poderosos.

Pero a pesar de todo, la cara dura de Blatter es de primera categoría. Porque lo que anunció ayer, en realidad, fue una dimisión en diferido. Seguirá en el cargo hasta que se celebre el congreso extraordinario, cosa que podría producirse en el mes de marzo del 2016. A lo largo de todo ese tiempo, el presidente de la FIFA dice que se centrará en poner en marcha las reformas profundas que necesita su organización. Un escándalo que a tenor de las reacciones que se han producido tras el anuncio de ayer, queda minimizado por la alegría de su marcha.

¿Por qué se quiere quedar Blatter al frente si ha renunciado? O bien ha pactado con aquellos que más han peleado por su marcha; o bien Blatter usará todo el tiempo que tiene por delante para influir en las próximas elecciones, disponiendo de todo el dinero de la FIFA que necesite para la compra de favores y votos; o quizá, también, porque ahora se dedicará a pasar por la trituradora todo aquello que no pueda ser visto sin que uno se ponga colorado o se vea obligado a ir a la policía.