El clásico y la cuestión del estilo

antón bruquetas REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

EFE

Mientras Luis Enrique ha enseñado al Barça a renunciar al balón, Ancelotti aún se pelea por conquistarlo

21 mar 2015 . Actualizado a las 19:41 h.

El debate se ha ido mitigando con el transcurso del tiempo, porque los clásicos ya nada tienen que ver con aquellos que enfrentaban hace bien poco al Real Madrid con el Barça, donde las revoluciones se disparaban incluso antes de asomar por el túnel de vestuarios. Pero en las batallas recientes de esta disputa eterna ha habido una cuestión que en ocasiones se ha antepuesto incluso al resultado: el estilo. La impronta de Pep Guardiola en aquel equipo de los seis títulos fue tan marcada como la que Mourinho imprimió al Madrid en su regreso a la Liga española. Mientras uno perseguía someter al rival a base de esconderle la pelota, el otro buscaba rentabilizar el error ajeno en contragolpes de tiralíneas a dos o tres toques. Luis Enrique y Carlo Ancelotti, que se verán mañana las caras (21.00 horas, Canal + 1), han alterado aquellos estándares. Uno y otro tratan de ajustar el desempeño de sus plantillas a sus deseos y el resultado son dos bloques bastante parecidos.

La posesión

No es un dogma de fe

Con la llegada de Ancelotti al banquillo del Bernabéu, el perfil afilado del Madrid se fue difuminando. El conjunto blanco se empezó a sentir cada vez más cómodo dominando los partidos y gracias a jugadores talentosos como Kroos, James, Isco o Modric comenzó a desenvolverse con efectividad en los espacios cortos. Ya no necesita aquellas estampidas para reventar la defensa del oponente. Y cada vez está menos preparado para aguantar un asedio sin el balón entre las botas.

En el Barcelona fue ocurriendo lo contrario. Mientras que con Guardiola no se entendía el Barcelona sin la pelota -y ello exigía esfuerzos sobresalientes tanto en la presión tras pérdida como en el repliegue-, con el Tata y ahora Luis Enrique, los culés han sabido renunciar en algunos momentos a someter al contrario. También saben volar al recuperar la posesión en campo propio.

El 4-3-3

Medios de amplio recorrido

En el engranaje de los dos entrenadores se antojan imprescindibles los centrocampistas de zancada larga, que sean capaces de catalizar la circulación de la pelota en las proximidades de su portería y también que se asomen al balcón del área del oponente. Rakitic, Busquets -que podría perderse el enfrentamiento por la lesión que se produjo en la Copa ante el Villarreal-, Xavi, Iniesta, Rafinha,... o Modric, Isco, Kroos y James se amoldan a la perfección a estos parámetros.

Además, en el 4-3-3 que acostumbran a plantar sobre el campo, los dos laterales también tienen un perfil adelantado. Alba y Marcelo, por la izquierda; o Carvajal y Dani Alves, por la derecha, pasan en muchos momentos a actuar más como extremos que como defensores. Sus apariciones por sorpresa desde atrás sirven para desarmar el equilibrio estático de los equipos que optan por atrincherarse.

Un tridente innegociable

Las estrellas no se tocan

Y otra de las características que definen al líder de la Liga y a su principal perseguidor es que tienen tres jugadores con la categoría de intocables. En el Barcelona, tras un arranque discreto al cumplir la sanción por el mordisco en el Mundial, Luis Suárez ha cogido una velocidad de crucero y empieza a reportar las prestaciones que se presumían de él cuando en el Camp Nou anunciaron su contratación. De Neymar y Messi, poco hay que añadir.

En cuanto al Madrid, Cristiano, Bale y Benzema gozan de una inmunidad perenne. Ni siquiera la crisis de resultados y juego que asola al campeón de Europa han acelerado un relevo en el tridente. Mañana en Barcelona tampoco se presumen cambios.