El panorama no se atisbaba demasiado halagüeño. Nadal no acababa de carburar y Smyczek seguía inspirado y firme con su saque. El exnúmero uno del mundo empezó la remontada afianzando su saque y luego esperó a tener su oportunidad al resto, que le apareció en el sexto juego, para romper y esta vez no fallar para forzar la quinta y definitiva manga.
Ahí, el campeón de 2009 supo moverse mejor y ofreció sensaciones renovadas, pero el americano supo salvar las situaciones adversas y seguir siendo una amenaza por llevar la delantera en el marcador. El balear superó la presión con 5-4 abajo y se hizo con el siguiente resto en blanco para acercarse a la tercera ronda. El estadounidense aún tuvo fuerzas para levantar un 40-0, pero finalmente cedió ante el tres del mundo, arrodillado en la pista, fiel reflejo del calvario pasado en la Rod Laver Arena.