Marc Márquez, aparte de ser el piloto más talentoso de la parrilla, está acompañado de la mejor moto y el mejor equipo. Eso hace que sea un binomio muy difícil de superar, como se ha comprobado de nuevo esta temporada. El campeón del Mundo es bueno en todo. Es bueno frenando, es bueno en el paso por curva y es bueno acelerando. A todo eso, además , se le añade que pelea. Casi siempre gana. Es un portento, y físicamente es un toro porque entrena muchísimo. Es el que más trabaja de toda la parrilla, y al final todo esto se convierte en un conjunto difícil de superar, y que trae como resultado su segundo Mundial de MotoGP consecutivo.
Nos aburriremos de verlo ganar. Este va a ser el segundo título de muchos. El año pasado, cuando era el novato, tuvo problemas y muchas caídas, y a final de año ya ganaba con autoridad. Este año se cayó muy poco, ya es campeón del Mundo y cada año va a estar más hecho a la categoría y mandando más. Él no para de evolucionar, es un trabajador nato, rodeado del mejor equipo, y su tenacidad le ayuda a ir cada vez más rápido. Al final, el resultado, es que gana todo lo que hay.
Esta temporada quizás ha tenido que lidiar con la presión añadida de intentar ganar todas las carreras, algo muy complicado cuando hay tantas citas, tantos circuitos diferentes, y muchos factores climatológicos y externos. Pero encadenó muchísimas victorias, y eso ya es un mérito enorme.
Manejar la presión es complicado, y aunque él ya estaba habituado a convivir con ella en 125 y Moto2, MotoGP es otra historia. El entorno y la trascendencia mediática son mil veces mayores, y más cuando estás batiendo todos los récords. Es normal que en algún momento le pasase cierta factura, porque al final no deja de ser un piloto muy joven, pero lo que está claro es que con Márquez hay campeón para rato.
Dani Rivas es un piloto gallego que compite en el Campeonato de España de Superbikes