A Coruña se regala una Vuelta

Pablo Gómez Cundíns
PABLO GÓMEZ A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

Los obsequios de los patrocinadores fueron bien recibidos entre el público.
Los obsequios de los patrocinadores fueron bien recibidos entre el público. PACO RODRÍGUEZ< / span>

11 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Una Vuelta más. Eso es lo que pedían las decenas de miles de aficionados al ciclismo, y al deporte en general, que se agolparon en las cunetas de las carreteras de la comarca y se volcaron en cada una de las curvas de A Coruña hasta regalarse uno de los mayores espectáculos del mundo en la meta del paseo marítimo coruñés.

Degenkolb firmó su cuarta victoria entre una multitud enardecida por los héroes sobre ruedas que desplegaban todo su poderío a los pies del faro romano de Hércules.

Llevaba la ciudad esperando veinte años que la Vuelta pasase para quedarse, no como en el año 2012, que fue un visto y no visto. Los coruñeses funcionaron ayer como un motor diésel. Después del gran recibimiento de la noche del lunes y los episodios de la jornada de descanso, el gran día avanzaba sin estruendo.

La siesta pudo con algunos, pero no con los más pequeños, Contadores del futuro. Desde las cuatro de la tarde, protagonizaban sus propios esprints donde hora y pico después lo harían los más grandes. Aunque los tenían más cerca, colaborando con la organización, como el exciclista del Xacobeo Galicia Gonzalo Rabuñal.

La zona de ocio instalada en O Parrote y las actividades de zumba en el espigón del Orzán completaron el gran despliegue de las marcas patrocinadoras, que llenaron de regalos a los asistentes.

Para algunos, la etapa de ayer bien podría ser el aperitivo del inminente Mundial que se celebrará en Ponferrada del 21 al 28 de este mes.

En el ensayo general, el sol atacó primero y la playa colindante era demasiada tentación antes de la llegada de los ciclistas. Los que miraron hacia otro lado, acertaron. El seguimiento al recorrido era personal. «Mira, la casa de Marta», gritaba hacia la pantalla gigante un veterano aficionado al paso del pelotón por Arteixo. El empedrado tras el paso por la zona del paseo marítimo del Portiño se llevó las últimas controversias.

Ya con los vencedores en el podio, los ramos volaban como en las bodas. Hubo de todo, como en los casamientos. Para algunos, premio gordo. Para otros, la bicha en forma de plantas anudadas. En el anonimato quedarán los que optaron por cada uno de estos caminos.

Ya con la adrenalina por los suelos, Contador ofreció su versión. Atento, refresco de naranja en ristre, el vencedor de la etapa. Un tal Degenkolb, que ya lleva cuatro en esta Vuelta.