Cincuenta días con el disfraz de superhéroe

Alexandre Centeno Liste
alexandre centeno A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

El coruñés Víctor Tasende participó entre el 27 de abril y el 15 de junio en 2 ironman, 2 maratones, una ultra de bicicleta y un medio ironman

27 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

27 de abril: Maratón de A Coruña, 4 de mayo: Wings for life en Barcelona, 17 de mayo: Ironman de Lanzarote, 24 de mayo: Medio ironman de A Coruña, 7 de junio: Desafío del Atlántico en Dumbría, 15 de junio: Ironman de As Pontes. Seis pruebas en menos de dos meses. Media docena de duras carreras de resistencia. Nueve kilómetros a nado, 210 de carrera y 590 en bicicleta. Cincuenta días en los que un coruñés, Víctor Tasende, se metió dentro del disfraz de superhéroe y no solo participó en todas las competiciones sino que consiguió cruzar la línea de meta. Fue lo que él mismo bautizó como «El Gran mes Tasende».

Una locura en la que este joven de 26 años se metió como el camino más corto hacia la meta de sus sueños: disputar el Ultraman de Gales, una prueba en la que solo admiten a unos pocos atletas privilegiados. «La selección es dura y solo te permiten participar si tienes unas grandes marcas o muchas pruebas disputadas. Como yo no corro para rebajar tiempo, sino para acumular experiencias y pruebas, me propuse confeccionar un currículo que me permita llegar al ultraman», reflexiona mientras explica las dificultades de la prueba británica: «Son tres días: el primero 10 kilómetros a nado y 140 en bici; el segundo 270 kilómetros en bici y el tercero 84 kilómetros de carrera a pie». Unas distancias de vértigo.

Tras superar una tetraplejia fruto de una mala caída en una piscina, para Tasende correr y marcarse metas es una manera de responder a la vida: «Hay momentos difíciles en las carreras, pero más difícil fue lo que superé», explica antes de admitir que los 50 días en los que afrontó seis grandes carreras no fueron desde luego fáciles. Y es que su recuperación, aparentemente total, esconde algunos secretos: una espasticidad en su brazo izquierdo y una reducción de potencia de un 70% en su pierna también izquierda que suponen un hándicap añadido a su esfuerzo.

Cuatro horas de entrenamiento diario tras diez de trabajo (no es deportista profesional), suponen la disciplina que se ha marcado este autodidacta que dirige sus propia preparación.

«Nadie me conoce mejor que yo para saber lo que puedo dar de mí y hasta dónde puedo llegar», explica el gran coleccionista de pruebas superadas para el que el tiempo no es un fin, sino una medida que le permite alcanzar sueños.