A España le ha pasado lo que le ha sucedido a otras selecciones a lo largo de la historia, como a la Francia de Henry, a la Argentina de Menotti y la de Maradona, la Naranja Mecánica... Se van conociendo etapas y épocas, el fútbol es cíclico en el dominio de unos y otros. Por eso tenía la impresión de que España no iba a ganar este Mundial. Nada perdura.
Dicho esto, es extraño de digerir el modo en el que España fue eliminada. La selección tiene mimbres para el futuro, pero dependerá también de la evolución de los demás. Nadie puede asegurar que el próximo Iniesta no vaya a ser alemán, o que Varane no se convierta en el mejor central del mundo, siendo francés. Hay que contar con la valía de los demás.
España ha sido una selección mediocre y normal en los últimos dos años. Sin embargo, los rivales van mejorando, evolucionan. ¿Quién iba a decir que Corea del Sur iba a poner en aprietos a Rusia, o que Australia dejaría en evidencia a Holanda al menos durante unos minutos? Tampoco podemos considerar a Holanda como ejemplo de una transición del calibre de la que tiene que afrontar España, porque los holandeses han logrado apenas una Eurocopa en toda su historia. Habrá que ver cómo gestiona España este cambio, acostumbrada al caviar de los últimos años. Además, a nivel mediático, la presión del fútbol en España y en Holanda es bastante diferente. Tenderemos a pensar que todo lo que antes era fantástico será ahora un desastre.
Siempre tuve claro que los futbolistas, en su individualidad, eran lo mejor que tenía la selección española. La cantera es un enigma, porque España siempre fue cabeza en categorías inferiores. Pero no se tradujo en la absoluta hasta que ganó la Eurocopa de Austria. Se decía que la cantera fracasaba en la selección absoluta por la cantidad de extranjeros que jugaban en la Liga española. No podemos sacar conclusiones precipitadas de los jóvenes valores que vienen porque antes España ya era dominante en cantera. Veremos de lo que somos capaces cuando llegue la ocasión. Y no creo que el cambio vaya a afectar al banquillo.