Robben borra su mal recuerdo del España-Holanda

Colpisa / La voz

DEPORTES

TONY GENTILE

El holandés marca dos goles y por fin bate a Casillas en el mano a mano

14 jun 2014 . Actualizado a las 02:57 h.

Después de cuatro años esperando, Robben por fin podrá dormir tranquilo. El extremo holandés, que reconocía en la previa del España-Holanda que aún sueña con el mano a mano que le paró Casillas en la final del 2010, exorcizó tdos sus demonios con dos goles y una actuación decisiva que martirizó a la zaga española.

Ya había avisado por la semana su compañero en el Bayern, Javi Martínez. «No sólo en la selección, también en el Bayern su mayor fuerte es el contraataque. Se desmarca muy bien al espacio y vamos a tener que controlarlo muy bien», remarcó el navarro sobre Robben. Y el ex del madrid no decepcionó.

Aquella final de Sudáfrica dejó recuerdos imborrables que volverán siempre que españoles y holandeses se vean las caras. No hubo que aguardar demasiado para recuperar una de las imágenes más aludidas. En el minuto 7, un centro en profundidad dejó al exmadridista Sneijder en un mano a mano con Casillas. Como en el fatídico 61 de Sudáfrica, la figura de Iker se hizo enorme para el centrocampista oranje, como entonces le sucedió a Arjen Robben. El centrocampista no supo qué hacer y el capitán español despejó, esta vez con la mano, el balón

Fue un déjà vu para los holandeses, un ya estuve aquí para el extremo del Bayern Pero no hubo minuto 116, ni Casillas fue El Santo, ni Holanda se vino abajo. De hecho, hasta Robben tuvo tiempo de oscurecer su recuerdo más triste con el gol que daba la vuelta al marcador. Un tanto de los suyos. Pinchó un gran centro de Blind al punto de penalti, recortó ante la entrada de Piqué y, por fin, cuatro años después, logró batir a Casillas.

Robben aún pudo darse un último homenaje con el quinto tanto de los de Van Gaal. Otra obra de arte con la que pudo deleitarse y regocijarse ante Iker, al que dejó tumbado con un quiebro de cadera para después disparar con todas sus fuerzas a puerta vacía. Lo celebró con felicidad desbordante y acabó por dirigirse a una de las cámaras que retransmitían el encuentro para, después de lanzar besos y besarse el anillo, dijo adiós con las dos manos, como despidiéndose de su peor pesadilla para comenzar a mirar a un futuro esperanzador.