El grupo vinculado al exdirector general del club no puede asumir las exigencias de la Agenda Tributaria y abandona su opción de entrar en el accionariado
24 may 2014 . Actualizado a las 07:05 h.«Cuando hablamos de una gestión profesional, no podemos hacernos cargo de un pago de 400.000 euros nada más llegar, creo que hemos sido muy rápidos en todas nuestras gestiones, nuestros inversores se han desplazado desde el extranjero, pero en la Agencia Tributaria no nos dejaron hacer una propuesta, para nosotros es imposible invertir en el Ourense», es el resumen de Aníbal Pereira, tras la reunión que sostuvo ayer en las oficinas coruñesas de Hacienda, junto a varios portavoces del fondo que se había interesado en la dirección del club de O Couto.
El que ya fuera directivo de la entidad rojilla confirmó que, a día de hoy, la firma a la en la que trabaja y los empresarios dispuestos a invertir en equipo ourensanista se apartan de esa pretensión: «Para nosotros fue algo inesperado, veníamos con mucha ilusión, esperábamos un tira y afloja, pero lo que nos han puesto es un obstáculo insalvable, incluso estuvimos analizando las opciones de vuelta a Ourense, pero es imposible, la gente que iba a invertir no puede aportar esa cantidad y después gestionar el resto de las deudas».
La comitiva de Kicker Advisors la integraron junto a Aníbal, uno de sus jefes suizos, que se desplazó a Ourense para acelerar los detalles de la entrada en el club, además de Ricardo Pini, el inversor argentino que también llegaba en las últimas horas para unirse al grupo de trabajo que integraron el letrado Francisco Vázquez Burger e Iván Cristóbal, un especialista en procesos concursales. Aún así, sus exposiciones no resultaron convincentes ante las funcionarias que se encargan del expediente del club rojillo.
«Intentamos transmitirles como es la Segunda B, los gastos de la categoría y la forma en la que intentábamos sacar adelante el club, pero no nos dieron opción, nos dijeron que esa deuda era más antigua y también prioritaria que la que se ha contraído con los jugadores, así que no van a esperar más, la verdad es que me resultó sorprendente su postura», relata Pereira Nóvoa, que en los últimos días había revisado la contabilidad ourensanista y estaba convencido de la viabilidad del proyecto, siempre que se hubiera llegado a un acuerdo para fraccionar el pago de la deuda con el principal acreedor.
De todos modos, faltaba también la entente con los accionistas de la sociedad anónima deportiva, con vistas a controlar el 51 % del accionariado, un trámite que ya no van abordar los inversores, que siguen dispuestos a tirar sus redes en alguna otra localidad española, como advierte Aníbal: «La verdad es que ha sido una pena para el Ourense, porque les había gustado la ciudad y también ellos se habían ilusionado con iniciar el proyecto en Segunda B con este equipo, conociendo a Ricardo, estoy seguro de que seguirá intentándolo y no me extrañaría que termine comprando algún otro club en nuestro país». Mientras tanto, todo indica que Kicker Advisors ya no es una tabla de salvación en O Couto.